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El Gobierno define los números finales del Presupuesto 2021 con la mirada puesta en la crisis post pandemia

El gabinete económico se reunirá hoy para darle forma al proyecto que el Presidente enviará la semana que viene al Congreso; se menciona una iniciativa con fuerte inversión en obra pública, gasto social, incentivo a las exportaciones y un perfil federal

POLÍTICA 08/09/2020 Heretz Nivel
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Será el proyecto para la post pandemia o en términos político-partidarios un presupuesto 2021 con “fuerte impronta federal y peronista” alejado del esquema “especulativo financiero” del macrismo. En estos términos, que definió Alberto Fernández, el Gobierno ultima los detalles del proyecto de ley de presupuesto que el próximo martes enviará al Congreso.

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, reunirá hoy a las 10 al gabinete económico liderado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, para darle las puntadas finales al presupuesto del año que viene y el fin de semana será el Presidente el que haga la revisión final de la iniciativa.

Anoche, un importante funcionario definió ante Infobae que el presupuesto 2021 que Alberto Fernández mandará a la Cámara de Diputados estará “afianzado en el desarrollo de la producción nacional y el empleo”. También se tratará de un proyecto que fomente las exportaciones reduciendo drásticamente las importaciones de bienes y servicios para generar divisas.

En tanto, desde el Ministerio de Economía coincidieron en que el presupuesto 2021 estará enfocado en las políticas de género, la obra pública, la ciencia y las pautas de gasto fiscal acordes con un esquema que no implique ajustar en las provincias.

En relación a las proyecciones económicas del año que viene como la inflación, el tipo de cambio, los volúmenes de ingresos o recaudación se mantienen bajo llaves. Sólo se supo que Guzmán contempla que en el 2021 el resultado fiscal primario será negativo en 4,5 puntos del producto bruto.

Desde lo conceptual, el Gobierno define al proyecto de presupuesto como una iniciativa con fuerte impronta “peronista y federal”. En este caso, el foco estará puesto en apuntalar el empleo y las pymes en un año donde la Argentina deberá salir de la profunda crisis en la que se encuentra sumergida por la pandemia del COVID-19.

La idea del Gobierno es apuntalar el presupuesto para que en el caso de las políticas sociales se marche hacia un esquema más productivo con generación de empleo genuino y una fuerte inyección de fondos en programas destinados a cooperativistas y emprendedores con créditos blandos de acceso a herramientas e insumos para proyectos productivos.

En los informes que desde junio pasado cada Ministerio le fueron girando a Guzmán y a Cafiero para el armado del presupuesto 2021 sobresalió, por ejemplo, el plan federal de obras públicas 2021-23, que estará abocado en principio a terminar las obras pendientes de la administración anterior que se financiarán con créditos de organismos internacionales.

También, entre otros temas centrales de la administración que vendrá se fijó un rol importante para la mujer. Como ejemplo concreto de esa “transversalidad de la perspectiva de género” que Cafiero empezó a hablar con varios ministros se proyecta en el presupuesto 2021 el plan de AySA, por el que la mitad de las contratadas para las obras proyectadas serán mujeres.

A su vez, en los programas El Barrio cuida al barrio y Potenciar Trabajo, se incluye la remuneración de trabajadoras de cuidado. Y en el plan de obras públicas para el año que viene está planteada la construcción de centros de atención a mujeres víctimas de violencia de género.

Según la carta de 58 páginas que Cafiero giró en junio pasado a la Cámara de Diputados para adelantar la posición del Gobierno sobre el proyecto de ley de presupuesto 2021, se detalló que el objetivo de la iniciativa “es consolidar una estructura productiva que asegure el empleo formal y contribuya al bienestar económico y social de las y los habitantes del territorio argentino, enfatizando la administración de la situación de emergencia sanitaria, económica y social provocada por la pandemia COVID- 19 y las políticas que permitan la recuperación económica y social de nuestro país”.

En esa misiva, el jefe de Gabinete destacó una dura crítica a la administración de Mauricio Macri al sostener que “la política económica implementada entre 2016 y 2019 se basó en la desregulación de la cuenta financiera y del movimiento de capitales, en la apertura comercial y en la reducción de la carga impositiva a los sectores de mayores ingresos”.

De esta manera, el Gobierno estableció que en la gestión anterior el tipo de cambio se devaluó más del 400% y la inflación acumuló un incremento del 295%. El endeudamiento externo del periodo llevó el stock de deuda pública bruta al 88,8% del Producto Bruto Interno (PBI), 36,2 puntos porcentuales por encima del ratio observado a fines del año 2015. La actividad económica registró una contracción de 4% en tanto que el PBI per cápita y retrocedió 7,9%, con “un claro deterioro del sector industrial y, en particular de las PyMEs que experimentaron una contracción en torno a los 20.000 cierres de empresas”.

Además señaló que el poder adquisitivo del salario del sector privado registrado retrocedió aproximadamente un 18% mientras que el haber mínimo jubilatorio cayó más de 17%. En tanto que la pobreza en el período macrista aumentó más de 5 puntos porcentuales para ubicarse en 35,5%.

Claro que ese texto que el Gobierno giró en junio pasado no preveía aun la profundización de la debacle económica que se está dando en todo el país por la cuarentena y la parálisis de actividades que se registró luego de más de 170 días de aislamiento social.

De hecho, en el informe que se emitió en junio como lineamientos preliminares del presupuesto, el Gobierno decía que “las medidas concomitantes en materia de estímulo del crédito para las empresas y las familias ascienden al 2,1% del PBI. En conjunto, el Estado ha volcado recursos directos e indirectos a la economía por cerca de $1,4 billones, equivalentes al 5% del PBI”. Actualmente, el Estado lleva gastado más del 7% del PBI y aún no se vio el resultado final de la crisis.

De todas maneras, no son pocos los funcionarios del Gobierno que admiten que el proyecto de presupuesto 2021 no será nada auspicioso y contemplará números muy negativos para la economía. De hecho, el FMI pronosticó una caída del 9,9% para la economía argentina del año que viene.

Con información de www.infobae.com sobre una nota de Martín Dinatale

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