El tiempo - Tutiempo.net

Córdoba trabaja en pautas para que los pacientes no mueran solos

El caso Solange despertó la conciencia y ahora los legisladores trabajan en un protocolo que de respuestas a quienes hoy la están pasando muy mal

SALUD - CORONAVIRUS 28/08/2020 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
solange-musse-la-joven-enferma___cvty4L2KO_1256x620__1

El pedido de un padre desesperado para poder ver a su hija, quien padecía una enfermedad oncológica y falleció la semana pasada en Córdoba, generó la reacción de buena parte de la sociedad.

El reclamo de Pablo Musse, padre de Solange, fue el puntapié inicial para que las provincias trabajaran en protocolos para humanizar algunos procesos de la medicina en esta emergencia, tanto en el acompañamiento de los pacientes terminales, como de aquellos que transitan enfermedades críticas, también llamadas “amenazantes”, cuyos cuadros se agravaron en pandemia. 

Córdoba trabaja en la confección de unas guías de acompañamiento, que están siendo revisadas por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), a la vez que varios legisladores presentaron proyectos en la Unicameral.

Pero desde abril, rige un protocolo que ya fijaba pautas bioéticas, sobre cómo deben ser tratados los pacientes en pandemia, desde la perspectiva de los derechos humanos. 

 
En tanto, el Ministerio de Salud de la Nación publicó unas recomendaciones que recogen los dictámenes de varias sociedades científicas y comités de bioéticas hospitalarios. Y el ministro de salud nacional, Ginés González García, pidió a las provincias que adhieran, ya que las jurisdicciones no delegan sus facultades en salud. 

En la provincia

En Córdoba, la Red Provincial de Comités Hospitalarios de Bioética –un organismo que funciona desde hace más de 20 años en el Ministerio de Salud provincial– terminó de diseñar este miércoles las “pautas para el acompañamiento de pacientes en situación de últimos días (SUD) y pacientes con condiciones especiales en contexto de pandemia”. 

El texto, que recoge estrategias que dieron buenos resultados a nivel internacional y los adapta a la realidad provincial asegura que “no deberíamos permitir que ninguna persona muera sola”. Y establece que la atención de estos pacientes, siempre que sea posible, debe permitir el acompañamiento de un familiar, cuidador o allegado. Así como asistencia psicológica y acompañamiento espiritual. 

 
“Los derechos de los pacientes están salvaguardados en marcos legales muy claros. Sin embargo, creemos que es necesario que los equipos de salud tengan una orientación o lineamiento para que prevalezca la calidad de vida, se respeten las voluntades anticipadas y las personas puedan pasarla mejor durante estos momentos difíciles”, informó Fernanda Marchetti, coordinadora del Área de Bioética del Ministerio de Salud provincial. 

Las pautas fueron elaboradas por varios expertos, en forma colaborativa, y establecen un marco general que luego los centros de salud deberán adaptar. "Cada institución junto a su comité de bioética clínica elaborarán las adaptaciones según las particularidades para que sea aplicable", agregó Marchetti. 

Además refuerzan el derecho que tienen los pacientes a recibir atención de calidad, control de síntomas y alivio del sufrimiento. "Está situación pone en evidencia la gran importancia y aportes de la bioética y de los cuidados paliativos", agregó la experta.

 
Pero primero deben ser aprobadas por el Comité de Bioética del COE, que coordina Armando Andruet, exvocal del Tribunal Superior de Justicia y actual presidente del Tribunal de Ética del Poder Judicial. 

 

El pedido del padre trascendió a nivel nacional“Creo que en el caso de Solange hubo una falta de sentido común por parte de una persona que estuvo al frente de una toma de decisión. Pero estos no son comportamientos corrientes sino excepcionales. El problema es que la excepcionalidad de lo malo es algo muy malo, como un padre que no pudo despedir a su hija enferma”, indicó Andruet. 

El magistrado destacó que esta situación desafortunada deja, sin embargo, varias ganancias. “La población se dio cuenta de que hay muchos instrumentos que garantizan un mayor respeto, tanto por los sanos como los enfermos. Fue un llamado de atención para los agentes de salud y los de seguridad, para que conozcan mejor los protocolos que ya estaban vigentes desde abril. Y este hecho nos disparó además una situación que nos permite mejorar algunas cosas”, agregó. 

Andruet participó en la mañana de este jueves de una reunión en la Comisión de Salud de la Unicameral. Varios legisladores presentaron proyectos. Uno se llama “Derecho al último adiós”, impulsado por Cecilia Irazuzta (Coalición Cívica-Ari) y avalado por la mayoría de los legisladores de la oposición. 

Cada caso es particular

En abril de este año, un equipo multidisciplinario confeccionó una serie de recomendaciones bioéticas para los pacientes en el marco de la pandemia, desde la perspectiva de los derechos humanos. El texto fue aprobado por el COE y estuvo coordinado por Susana Vanoni, médica bioeticista. 

“Tanto las pandemias como otro tipo de catástrofes son cuestiones inesperadas. Afectan de manera notable la vida de las personas. Las pandemias tienen un origen infeccioso y afectan por un tiempo más prolongado, a diferencia de un tsunami, que genera una catástrofe y después viene el efecto de la recuperación. Pero los brotes epidémicos se prolongan en el tiempo y uno no puede calcular qué cantidad de recursos puede llegar a necesitar. No son situaciones de la vida cotidiana”, expresó Vanoni. 

La muerte de Solange, el sentido común y el símbolo de un país
Estas recomendaciones proponían, allá por marzo, la posibilidad de resguardar algunos derechos individuales en tiempos de pandemia, cuando de alguna manera “quedan limitados por otros principios que atañen a la responsabilidad, la solidaridad y la protección del resto”, agregó. 

“En pandemia, no es el mismo concepto al que estamos acostumbrados a trabajar cuando hablamos de la ética del individuo. Es una ética compartida. Quizás el de la justicia social sea el principio que más se aplique a estos contextos. En este trabajo planteamos la posibilidad de mantener un diálogo con la familia, con el paciente que no tenga la posibilidad de decidir y respetar las voluntades anticipadas. En ese momento, era para los pacientes con Covid, sin desatender las necesidades del paciente no covid”, informó Vanoni, quien aclaró que, cuatro meses más tarde, surge la necesidad de adaptar este marco general a protocolos más específicos. 

Por su parte, Carlos “Pecas” Soriano, médico intensivista y asesor externo de ese comité, alertó que dos de los principios básicos –que estaban comprendidos en las recomendaciones de abril– fueron desatendidas en el caso de Solange. 

“Los artículos 11 y 12 de ese documento planteaban los principios de flexibilidad y temporalidad. Hablan de la necesidad de tomar decisiones prudentes en situaciones de incertidumbre. También establece que no hay enfermedades sino enfermos y que cada caso debe ser analizado en particular. Si yo recibo a un padre que quiere abrazar a su hija, ahí prima el recuerdo del amor. Prohibirlo no resiste el más mínimo sentido común”, indicó Soriano. 

El especialista agregó que morir dignamente es un derecho que no se negocia. Y que, con un correcto interrogatorio y elementos de protección personal, los pacientes internados en terapia con diagnóstico de Covid-19 también podrían recibir visitas. 

Es que además del acompañamiento de los pacientes terminales, también se analizan menores restricciones a las visitas a los pacientes que están internados por Covid-19. Los expertos destacaron la tarea que viene desarrollando el COE. 

Graciela Jacob, coordinadora de la Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el final de la vida de Conicet, aclaró que morir aislado no es lo mismo que morir solo. “Las muertes en soledad, separadas del ámbito familiar, se cursan con mucho sufrimiento y dolor. Producirán grandes heridas que vamos a tener que solucionar o mitigar”, indicó. 

Jacob agregó que la tecnología más eficiente en el final de la vida es el acompañamiento y la comunicación, más que las medidas farmacológicas. 

“Los pacientes tienen derecho a tomar decisiones. A ser acompañados y expresar voluntades. En pandemia, hay una colisión entre algunos derechos y lo que el sistema debe hacer para garantizar el aislamiento. Los protocolos deben cuidar al personal de salud y a los pacientes que necesitan despedirse”, dijo.

La experta destacó el protocolo del Ministerio de Salud de la Nación, porque recoge las recomendaciones de varias sociedades científicas del país, así como las experiencias de algunos hospitales. 

Destacó que los pacientes deben ser interrogados, antes de ser internados. Y consultados sobre quién será el familiar o acompañante que recibirá las comunicaciones, así como sus voluntades anticipadas. Estos mecanismos deben ser puestos en práctica por personas entrenadas en la comunicación: psicólogos, trabajadores sociales o paliativistas. 

“A veces las comunicaciones se podrán hacer en forma presencial y otras, remotas.  Si el familiar no se puede trasladar o a despedirse de sus seres queridos, hay que mantener el vínculo a través de la tecnología. Una muerte aislada no es lo mismo que una muerte en soledad”, finalizó. 

Fuente: La Voz del Interior. Nota de NATALIA LAZZARINI

Últimas noticias
Lo más visto