El área afectada puede observarse como una mancha negra en las fotografías.
Los incendios forestales tienen un impacto altamente negativo y devastador por la destrucción de los bosques, pérdida de biodiversidad, desertificación, erosión del suelo y contaminación del agua. Sus consecuencias se observan en distintos niveles, siendo las serranías y el pie de monte las áreas más susceptibles de ser afectadas.
Por su parte, los efectos de los incendios sobre los embalses y cuerpos de agua dependen de las características orgánicas y humedad del suelo, de la severidad del incidente y del régimen hidrológico.
Tras el paso del fuego, las cenizas cubren las superficies temporalmente, modifican las propiedades del agua y de los suelos, y luego son arrastradas por las lluvias.
En nuestra región, al encontrarnos en un área donde las precipitaciones ocurren en un corto periodo y con intensidad (durante el verano), la escorrentía que se produce en el suelo sin cobertura vegetal tiene un gran impacto, arrastrando el fósforo y nitrógeno hacia los ríos y vertientes que desembocan en el embalse San Roque.
Fuente El Diario de Carlos Paz