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Referentes de la oposición aseguraron que el Gobierno “se enamoró de la cuarentena asesorado por científicos y médicos militantes”

En una charla virtual, Alfonso Prat Gay, Adolfo Rubinstein y Mario Negri criticaron la "épica de la cuarentena" adoptada por el Gobierno y alertaron sobre "hartazgo social activo" contra el aislamiento. "No estamos cerca del pico", señaló el ex ministro de Salud

POLÍTICA 09/08/2020 Heretz Nivel
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En una nueva crítica hacia la política sanitaria adoptada por el Gobierno, el presidente del interbloque de diputados por Juntos por el Cambio, Mario Negri, y los ex ministros Alfonso Prat Gay y Adolfo Rubinstein redoblaron su rechazo a la “épica de la cuarentena”, en la que el presidente Alberto Fernández habría quedado “entrampado”, y alertaron que “es posible” que se duplique el nivel de contagios y fallecidos.

En el marco de la charla virtual “Salud, economía y política en la Argentina que viene”, los dirigentes de la oposición ratificaron su duro diagnóstico sobre la situación sanitaria y económica. Pero también apuntaron contra la reforma judicial en curso y al acuerdo con los acreedores externos, donde Prat Gay minimizó el resultado alcanzado en la negociación por ser una “postergación de los vencimientos” que “tampoco cura la enfermedad de la deuda”.

Durante el convite, que contó con 1.700 participantes, el ex ministro de Salud brindó una comparación sobre el desempeño de la gestión sanitaria: “Los países que adoptaron cuarentenas estrictas lograron aplanar y reducir la curva en algunas semanas. Nosotros, en cinco meses, vemos aumentos incesantes de casos y de muertes. Además, en los últimos 3 meses, el 95% de los casos estaban en el AMBA, pero ahora vemos un derrame al resto del país”.

“El Gobierno se enamoró de la cuarentena, asesorado por científicos y médicos militantes y esto se transformó en una cuarentena infinita. El Consejo Asesor justificaba las decisiones políticas ya tomadas. Hasta que el recurso dejó de ser efectivo cuando se convirtió en el único recurso”, sostuvo Rubinstein.

El ex funcionario se mostró pesimista al afirmar que “probablemente esto dure unas cuantas semanas más”. “Para mí no estamos cerca del pico que se anuncia desde abril. Esta situación ha erosionado la confianza y credibilidad del Gobierno. Hay un hartazgo social activo y hay resignación”, marcó durante la actividad moderada por la presidenta de la Fundación Alem, Lilia Puig de Stubrin.

Para Rubinstein, el saldo final en el nivel de contagios y muertes “es difícil saberlo, pero lamentablemente no vamos a estar tan lejos de la mayoría de los países. Sólo que la buena noticia es que el desarrollo de la pandemia ha sido tan larga en el tiempo que el sistema de salud no va a colapsar”.

Consultado por los participantes, el ex ministro acotó: “Nosotros tenemos una suba en ascenso con 7.500 casos diarios y 150 muertes diarias. Hace cuatro semanas eran la mitad de los casos y de las muertes. Por lo tanto, en cuatro semanas el saldo es posible que sea el doble”.

En la misma sintonía, Prat Gay coincidió que el Gobierno “se enamoró” del aislamiento obligatorio y que, “previsiblemente, quedó entrampado. Ellos se enojan cuando digo esto, pero es como el menemismo cuando se enamoró de la convertibilidad. Vemos también la misma épica de la guerra de Malvinas”, apuntó.

A su turno, Mario Negri agregó: “En vez de hacer una transición serena, para ir saliendo de la cuarentena, el Gobierno pensó que iba a construir, gracias a ella, un proyecto político. Entonces empezó a incorporar un menú enorme de tensión política, económica y social. Por eso nosotros reclamábamos que nos convocaran a la construcción de la agenda post-pandemia y no hemos podido avanzar”.

El ex ministro de Economía volvió a cuestionar los resultados alcanzados por la negociación llevada adelante por Martín Guzmán, con los principales grupos de bonistas, al que describió como un acuerdo que “tampoco cura la enfermedad de la deuda”. “No ha habido prácticamente ninguna quita de capital. Les va a sorprender que la deuda nueva va a ser más que la deuda vieja. Si bien al principio se dijo que no iba a reconocer intereses corridos durante la negociación, luego se dio un bono. Por eso, el stock total va a ser más de 65.000 millones de dólares”, estimó Prat Gay.

En su análisis, Prat Gay se mostró crítico con que el Gobierno resignó casi 15.000 millones de dólares entre la primera y la última propuesta del ministro Guzmán, y sostuvo que “la épica” con los acreedores es apenas una “postergación de vencimiento por nueve años”. “Se pagan 28.000 millones de dólares menos en nueve años, pero se devuelven en los siete años subsiguientes. Si lo único que lograron es la postergación, que para ellos es épica, entonces la deuda no era tan impagable como decían”, cargó.

Quien focalizó en la dimensión política de la marcha del gobierno fue el diputado Mario Negri, que alertó sobre las tensiones políticas que vive hoy el país: “Nos convocan a unirnos, pero ellos prefieren pelearse con la oposición, como hace siempre el populismo. Arreglan la deuda, pero mandan la reforma judicial. Yo lo dije desde un principio: la ampliación de la Corte es nonata. Pero la reforma judicial pierde todos los días cada vez más legitimidad, porque lo que se busca esconder es una pelea con Comodoro Py, acá no hay una verdadera reforma de fondo”.

“Nosotros queremos ayudar al Presidente para que no haya un pobre cada dos argentinos, para tener un proyecto de desarrollo. Pero las prioridades del Gobierno son otras. La agenda privada de Cristina Fernández de Kirchner, para defenderse en sus causas judiciales, ahora se visibilizó y es la agenda pública del Gobierno”, agregó el diputado de la UCR.

De acuerdo al dirigente opositor, es difícil de creer que la reforma judicial “sea una ley para mejorar el acceso de los ciudadanos a la Justicia”. “La sociedad lo ve con claridad: acá hay una agenda privada de la vicepresidenta convertida en la agenda pública de todo el Gobierno”, consideró Negri.

Al finalizar el encuentro, Rubinstein, Prat Gay y Negri coincidieron en reclamar una mayor normalidad institucional. “El acompañamiento no es sinónimo de avalar todo, más cuando se observa que no volvieron mejores sino mucho peores”, concluyeron.

Con información de www.infobae.com

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