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TORMENTOSO PANORAMA POLÍTICO

La verdad ha muerto. Cualquier cosa se puede decir impunemente. Discepolín al palo. ¿Cómo salir de esta locura?

EDITORIAL 10/07/2020 Isaías ABRUTZKY / Especial para Diario Córdoba
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Isaías ABRUTZKY / Especial para Diario Córdoba 

“FMI: con una caída de 9,9%, Argentina se ubica entre los 6 países más afectados por la debacle mundial” El título corresponde a una información del portal Ambito (24 de junio), y podrá tal vez impactar a muchos. “Claro, con esta política de cuarentena estricta que lleva más de cien días, no se puede esperar otra cosa: eso es lo que pasa cuando toda la preocupación se centra en la salud, dejando de lado la economía” son inducidos a pensar. 

Hasta allí puede llegar quien, como muchos ciudadanos no dispone del tiempo para ahondar en la publicación y solamente se queda con los titulares. Porque sí; de acuerdo a la fuente, es verdad lo que dice. Pero, buceando en la nota, se descubre la falacia implícita. 

La lista está encabezada por España, Italia, Francia, México y el Reino Unido. Basta este dato para desarmar el argumento que pone en un plato de la balanza a la sanidad y en el otro a la economía. Porque casi todos los países de este grupo se despreocuparon inicialmente de la epidemia, hasta que la realidad los obligó a implementar diferentes grados de cuarentena. 

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No lejos de nuestro país en cuanto a la caída del PBI prevista -con 9,1%- y siguiéndolo en el orden de la lista   se ubica Brasil. No es que 0,8% de diferencia sea despreciable, pero no modifica demasiado el panorama. En cambio, si nos fijamos en la situación respecto de la pandemia, advertimos el contraste: Nuestro gran vecino registra 69,200 fallecidos, contra 1,700 en la Argentina.

Si tomamos en cuenta que la población de Brasil es 4,7 veces la de nuestro país, la comparación es de 14.700 contra 1.700. Esto significa que Brasil registra 8,7 veces el número de fallecidos que nuestro país.   

Estos datos desmienten categóricamente a quienes sostienen que la cuarentena y las otras medidas de protección a la salud de la población se toman a expensas de la economía del país, y escalan en sus críticas hasta incluir locas fantasías sobre estrategias políticas para dominar al mundo, involucrando a Bill Gates, el Papa, Soros y al gobierno argentino. 

Las más serias instituciones a nivel global han elogiado sin cortapisas las disposiciones tomadas por el presidente Alberto Fernández y apoyadas por opositores con responsabilidad de conducción de distritos, como Horacio Rodríguez Larreta en la ciudad de Buenos Aires y Jorge Macri, intendente del Partido de Vicente López, entre muchos otros. Sin embargo, grupos de exaltados en los que se mezclan negadores de la pandemia, partidarios de la dictadura cívico-militar del 76, libertarios, veganos y terraplanistas, salen con toda virulencia a manifestar su disconformidad con el aislamiento social impulsado por las autoridades, desafiando abiertamente las disposiciones vigentes, y enfrentando al gobierno con espíritu destituyente. 

Calcadas a éstas son las concentraciones y marchas que se organizan para expresar alarma ante la inicialmente propuesta y luego desechada expropiación de la empresa Vicentin. En los estrados judiciales -que no cambiaron con el nuevo gobierno nacional- se abrieron causas contra el expresidente del Banco Nación, Javier González Fraga, quien otorgó créditos multimillonarios a esa cerealera, cuando sus números jamás hubieran permitido hacerlo. En tanto quienes defraudaron a miles de productores agrarios y dejaron a otros tantos trabajadores al borde de la pérdida de sus empleos, se regodean viendo cómo se realizan concentraciones de ciudadanos que salen a defenderlos pese las alarmas sobre la conducta dolosa de quienes están -todavía y a pesar de las ya evidentes maniobras dolosas en las que incurrieron- al frente de la compañía.

No hace falta preguntar dónde se originan semejantes  disparates. Las autoridades de la coalición Cambiemos atacan al gobierno lanzando consignas descabelladas, como que la presunta privatización de Vicentín es parte de una estrategia para implantar el comunismo o el chavismo en nuestro país, y que las cuarentenas son impulsadas por el propósito de consolidar una dictadura, necesaria para lograr ese objetivo.    

En tanto, el gobierno y sus partidarios no muestran reacción frente a estos hechos. La necesidad de consenso con la oposición por el tema sanitario y la renegociación de la deuda aconseja no abrir un nuevo frente. Por otro lado, los dirigentes de Cambiemos que no pueden dejar de ser racionales en su relación con el gobierno nacional se apartan de aquellos que se lanzaron con todas sus fuerzas a desestabilizar a Alberto y Cristina. Un cisma podría favorecer la posición del Frente de Todos en las elecciones del año próximo, pero es impensable que el gobierno se juegue a esa posibilidad. Desde sectores propios y aliados se elevan quejas por la inactividad gubernamental en el terreno del reemplazo de funcionarios políticos heredados de la administración anterior que siguen orondamente en sus puestos. Este es un gobierno radical, socialdemócrata, explica Guillermo Moreno: si no se convierte en peronista va a fracasar, como les pasó a los otros radicales. Ciertamente los peronistas se sienten dolidos porque Alberto menciona más a Alfonsín que a Perón, y la marchita del justicialismo no se escucha por ninguna parte.

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