Congreso: crece la tensión y la oposición cierra filas para tratar de frenar el avance del oficialismo

La tensión en aumento entre el Gobierno y la oposición, más allá de los matices entre los diferentes sectores, comenzó a manifestarse en el Congreso como escenario de confrontación avanzada la cuarentena y el funcionamiento de las reuniones virtuales.

Si Alberto Fernández trazaba la división entre adversarios con responsabilidades ejecutivas y referentes partidarios en redes sociales, el clima recalentado en el Parlamento abrirá paso a otra pulseada que había quedado en suspenso con el debate acordado de proyectos vinculados al coronavirus.

“Lo que logró el jefe de Gabinete no lo había hecho nadie, que nos juntemos todos. Hasta los moderados salieron a bancar”, consideró una de las espadas legislativas de Juntos por el Cambio. Santiago Cafiero había dicho que con Mauricio Macri en la Casa Rosada la pandemia hubiera sido una “catástrofe” y salieron a responderle desde Horacio Rodríguez Larreta, aun con su estilo alejado de la disputa discursiva, hasta Rogelio Frigerio, uno de los ex funcionarios que tomó distancia del ala dura representada por Patricia Bullrich, Miguel Pichetto y en silencio el propio Macri.

“Si alguno tenía la ilusión de acuerdos con el Gobierno, esta idea de un Poder Ejecutivo con apertura y diálogo, quedó absolutamente descartado porque la agenda en el Parlamento y las declaraciones del jefe de Gabinete marcan la preponderancia de un ala radicalizada y dura que conocimos en el pasado y que refleja el pensamiento del kirchnerismo”, dijo Luis Naidenoff -jefe del bloque de senadores de Juntos por el Cambio- a Clarín.

En esa Cámara, la oposición reunió 29 votos para impedir el tratamiento del proyecto de ley de alquileres y otro de educación a distancia, aunque más que por esas iniciativas fue una señal al oficialismo de que por el momento no alcanzaría los dos tercios necesarios para avanzar con el pliego de Daniel Rafecas como Procurador.

En la coalición opositora lo tomaron como un aliciente para la etapa más áspera que arranca: “Si no nos quebraron en este tiempo, cada vez les va a costar más”, evaluó un referente de Diputados. Para el oficialismo las negociaciones recién comienzan y ya trascienden conversaciones sobre la eventual ampliación de los miembros de la Corte Suprema o nombres como el radical Ricardo Gil Lavedra para la Defensoría del Pueblo.

El rechazo del Frente de Todos al DNU con el que Macri transfirió las escuchas de la Procuración a la Corte potenció la tensión.

Los integrantes de Juntos por el Cambio alegaron que el oficialismo no cumplió con el acuerdo de tratar únicamente temas vinculados al coronavirus y se desconectaron –el modo actual de abandonar el recinto- de la sesión virtual. Para derogarlo, el oficialismo tendrá que hacer lo mismo en Diputados. En esa Cámara está prevista una sesión esta semana -entre miércoles y viernes-, aunque sin precisiones sobre si ese punto formará parte del temario.

Mientras aparecen en evaluación una serie de proyectos con cierto consenso, como la ley de Economía del Conocimiento, los opositores levantan la guardia. “La incertidumbre de la gente hoy no pasa por quién tiene las escuchas sino cómo vamos a salir de este proceso, si va a conservar su trabajo, si se van a reactivar las pymes y cuándo van a volver los chicos al colegio”, aseguró Cristian Ritondo, jefe de bloque del PRO.

En ese ámbito hace 10 días los opositores llegaron a 124 presencias, sólo cinco menos de las necesarias para reunir el quórum, en una sesión especial pedida para rechazar el decreto que otorgó a Cafiero mayores facultades para reasignar partidas presupuestarias.

También resultó una advertencia para el oficialismo. “El Gobierno genera una tensión política innecesaria en momentos en que debemos tener la energía puesta en salir de la cuarentena y recuperar la economía. El jefe de Gabinete aún no ha pisado el Congreso, es lamentable que polarice políticamente”, cuestionó el radical Mario Negri.

El Frente de Todos a su vez fogoneó otras iniciativas sin presentar todavía los proyectos, como la reforma judicial y la contribución de las grandes riquezas. También hubo fuertes discusiones en reuniones de comisión por el endeudamiento en la gestión de Macri y controversias por la propuesta de Fernanda Vallejos, para que el Estado se quede con acciones de empresas asistidas, aunque luego fue desestimada por Alberto Fernández. “Salvo las estatizaciones, el resto es para discutir. Pero todo hay que mirarlo con lupa”, adelantó un legislador de JxC.

En el Senado los opositores alertaron sobre la falta de certezas sobre los próximos pasos y se quejaron por la ausencia de canales y un ámbito de negociación de la agenda con integrantes del Frente de Todos, más allá de los contactos con José Mayans. Lo contaron con nostalgia de los años de Miguel Pichetto al frente del bloque oficialista: "Al menos lo que hablabas con él se cumplía".

En Diputados ponderaron los intentos de coordinación con Sergio Massa, con el objetivo en común de sesionar y tomar mayor despliegue político, aunque en esa Cámara también aumentó la disputa y no sólo con el kirchnerismo: el reclamo a Cafiero por su informe ante el Congreso creció con la polémica del fin de semana. “Tensan la cuerda para tapar los errores de gestión. La confrontación es un refugio ante la falta de plan”, coincidieron esta vez referentes del sector duro y del más conciliador de la oposición.

Con información de www.clarin.com sobre una nota de Martín Bravo