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Así se prepara Córdoba para el peor escenario

Convencidos que el mismo no llegara, igual las autoridades se preparan para el peor escenario

SALUD - CORONAVIRUS 17/04/2020 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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Hace una semana se conocieron las primeras imágenes de la preparación de fosas en el cementerio San Vicente. Se calculan 450. Desde el gremio indicaron que ya se realizaron 270. Días atrás, el Comando de Operaciones de Emergencia (COE) definió un protocolo de manejo de óbitos para los decesos causados por el Covid-19 en la provincia.

“La indicación preferentemente para estos casos es la cremación”, dice el manual de acción siguiendo las indicaciones de las organizaciones internacionales. Todavía no hay una disposición nacional al respecto.

Los especialistas coinciden en señalar que se inició el amesetamiento de la curva en la transmisión del virus producto del aislamiento social, preventivo y obligatorio determinado por el Gobierno nacional. Pero se trata de una primera tendencia, advierten.

A diferencia de otros países donde la cantidad de contagiados aumenta de manera exponencial, en Argentina está evolución se mantiene estable. Hasta este viernes  se registraron 122 decesos en todo el país desde qe empezó la cuarentena, seis de ellos en Córdoba.

Desde la Provincia, entienden que por ahora el foco principal está puesto en la prevención y la contención de la transmisión del virus. Prefieren no dar mayores precisiones. Posiblemente se incorporen nuevos anexos a medida que vayan trabajando el tema.

La importancia

 
Para el sanitarista y epidemiólogo Ariel Depretis, el protocolo está en consonancia con las medidas dispuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Señaló que ante la incertidumbre, prima el principio precautorio para evitar exponerse al peligro de contagio.

“En el contexto actual de 'aplanamiento' de la curva epidémica debido a las oportunas y precoces medidas adoptadas, el protocolo contempla no sólo la dimensión científico-técnica sino también la dimensión ética de una disposición de los muertos personalizada, lejos de las desgarradoras escenas que hemos visto en otros países, con falta de información a pobladores y enterramiento en fosas comunes”, indicó el especialista.

El protocolo está en función de todos los escenarios posibles y contempla pautas de tratamiento de los cadáveres para preservar la salubridad. También indica cuál es la forma de proceder en cada caso: si la persona fallece en un centro de salud, en su domicilio o en un traslado, entre otras variables.

Protocolo

“La decisión es que todos los cuerpos se van a cremar, con algunas miradas particulares de sectores religiosos y comunidades. Pero en general no hay mayor oposición a que se maneje de esta manera”, explicó David Dib, jefe del Instituto de Medicina Forense de Córdoba.

La regla general del protocolo establece que las personas fallecidas producto del Covid-19 sean cremadas sin que se les realice autopsia, salvo en casos de muertes violentas.

En Córdoba hay nueve crematorios: seis en la Capital y el Gran Córdoba, uno de ellos en el cementerio San Vicente y otros tres en el interior: Río Cuarto, Berrotarán y Monte Buey.  Tienen la capacidad de tratar 94 cuerpos.

Lo que estará prohibido es la inhumación en nichos o en panteones, porque se desconoce la capacidad de transmisión de virus.

“El Sars Cov 2 es un virus nuevo, entonces hay varias cosas que no sabemos. Por ejemplo, la durabilidad del virus en el cadáver. Si sabemos que se contagian por los sprays, ante esas situaciones se toman consideraciones generales. Como han decidido otros países, lo más aconsejable es cremar. Y si no se puede cremar, inhumar en tierra. Hay proceso cadavérico y eso no sabemos si puede contaminar y puede ser contagioso”, profundizó Dib.

El protocolo desarrollado en Córdoba fue tomado por las cortes supremas de Justicia de todas las provincias.

El rito y el duelo

En religiones como la judía o el islam, la cremación está prohibida. Sin embargo en circunstancias como estas prima el concepto de salubridad pública. El COE se reunió con miembros del Comipaz para consultarle sobre el aspecto religioso en el manejo de los óbitos.

“En nuestra religión, siempre prima el valor de resguardar la vida. Si lo único que evita el peligro de contagio es la cremación, pasaría de ser algo prohibido a obligatorio. Mientras tanto. hoy tenemos un escenario de crisis controlada, por lo cual entendemos que podemos continuar con las inhumaciones”, señaló el rabino Marcelo Polakoff.

Lo que cambió a partir de la cuarentena son los ritos funerarios. “Hemos suspendido la 'tahará', la purificación ritual antes de la inhumación, porque entendemos que hoy es peligroso manipular los cuerpos" agregó.

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En el mismo sentido tomó la situación la comunidad musulmana, que también interrumpió “guhsul”, el equivalente en esta religión del proceso de lavado de un cuerpo. “Sería una situación extrema y se debería estudiar el caso. Pero si no hay otra salida, se tiene en cuenta la cuestión de la salud pública”, indicó el imam Jihad Sleiman.

Las exequias fúnebres son un servicio esencial; por eso siempre estuvieron excluidas de la cuarentena. Con la profundización de las medidas, los velorios se fueron restringiendo, hasta finalmente suspenderse para mantener el distanciamiento social. ¿Cómo se elabora un duelo en ausencia?

Como la todos los acontecimientos sociales, los velorios también están mediados por la tecnología. “El acompañamiento ahora puede ser digital”, indicó el sacerdote. “Ya hacemos los servicios de recordación por Zoom", dijo por su parte Polakoff.

Para la decana de la Facultad de Psicología, Patricia Altamirano, la virtualidad es una herramienta para enfrentar este tipo de crisis. De hecho, esa unidad académica brinda asistencia psicológica remota a quienes lo necesiten. Pero en este caso, sobrellevar una pérdida con la imposibilidad de despedirse “incrementa los niveles de estrés postraumático”.

“Con un fallecimiento, la persona deja ir el cuerpo para quedarse con lo más preciado y el recuerdo. Dejar la parte material es algo que hay que hacer, pero sin el cuerpo presente eso es muy duro. Se da un fenómeno similar al del soldado desconocido”, explicó Altamirano.

Lo público y lo privado

Una muerte por coronavirus es un tema de salud pública. Sin embargo, el derecho a la privacidad es un derecho humano. Se trata, entonces, de un dato personalísimo. Históricamente se ha estigmatizado a familias que tiene este tipo de casos. ¿Cómo se resuelve este punto?

Los certificados de defunción tienen una parte destinada a la elaboración de estadísticas sanitarias. Allí se consigna la causa de la muerte. Ese dato está protegido por el secreto estadístico y sólo puede ser utilizado para estudios médicos, bajo estricta condición de anonimato.

“Es un secreto casi absoluto, que tiene consecuencias penales. El secreto médico puede ser revelado, por ejemplo, cuando un juez lo autoriza. El secreto estadístico sólo sirve para hacer estadísticas; entonces, no hay ninguna posibilidad de que el certificado pueda ser revelado sin consecuencias”, explicó Dib.

Fuente: La Voz del Interior, sobre una nota de JUAN PABLO CARRANZA

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