El empleo informal es el único que crece en la Argentina hace cuatro años

En la Argentina, en el campo laboral, el único empleo que estuvo creciendo y en forma ininterrumpida es el informal tanto de asalariados como de cuentapropistas no registrados (“en negro”). Son datos del INDEC, difundidos el jueves, que marcan el fuerte avance de la precarización y empobrecimiento de la fuerza de trabajo.

Los datos oficiales indican que, desde el inicio de la serie en 2016 hasta fines de 2019, los puestos de trabajo de los asalariados registrados se mantuvieron casi sin variantes en 10.615.000. En tanto, los no registrados aumentaron en 318.000 (de 4.760.000 a 5.078.000) y los no asalariados (“independientes”) sumaron 536.000 más (de 4.963.000 a 5.499.000).

Así, todos los puestos de trabajo que se generaron fueron precarios y “en negro”, en sus dos variantes: asalariados y por cuenta propia. De los 5.499.000 que se desempeñan en el cuentapropismo, según el Ministerio de Trabajo, los monotributistas registrados suman 1.610.000; y los autónomos 392.400. Son 2 millones registrados sobre 5,5 millones.

De aquí se desprende que casi 3,5 millones de cuentapropistas informales y 5.078.000 asalariados “en negro” hacen una fuerza laboral informal de 8,5 millones. Estos números explican, en una gran parte, que 8 millones de personas o familias estén cobrando el bono de $ 10.000.

Con relación a 2018, durante el año pasado este deterioro se acentuó porque los puestos de trabajo asalariados registrados cayeron el 0,9% (unos 100.000 menos), los no registrados aumentaron el 2,5% (125.000 personas más) y los puestos de trabajo no asalariados el 7,6% (390.000 más). Las actividades con mayores registros de informalidad son personal doméstico, construcción, agro, comercio e industria.

Este retroceso laboral fue acompañado de un deterioro de los ingresos y en la participación de la remuneración del trabajo en el valor de producción: de representar a fin de 2016 el 51,8% de la “torta”, descendió al 45,7% en 2019.

Este achique se explica por la caída de los salarios de los trabajadores registrados y en mayor medida por la baja de los “no registrados”. Y por el retroceso de los puestos de trabajo asalariados en favor del cuentapropismo.

Todas estas cifras son anteriores a la irrupción del coronavirus y la declaración de la cuarentena que colocaron a toda la economía en un parate adicional con enormes pérdidas en los salarios e ingresos del trabajo independiente.

Con información de www.clarin.com sobre una nota de Ismael Bermúdez