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La jefa del FMI dijo que “buscarán soluciones” para países a los que ya no le puedan prestar porque la deuda es insostenible

Giorgieva aseguró que en ese caso podrían ayudar a que se desbloquee financiamiento crítico para esa nación y afirmó que esta crisis será peor que la del 30.

SALUD - CORONAVIRUS 10/04/2020 Heretz Nivel
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La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, dijo este jueves que para 2020 pronostican las peores consecuencias económicas globales desde la Gran Depresión de los años 30, y que el organismo está dispuesto a ayudar, incluso a países con dificultades para pagar la deuda, entre los que figura la Argentina: “Donde no podamos prestar porque la deuda de un país es insostenible, buscaremos soluciones que puedan desbloquear financiamiento crítico”, señaló.

En un discurso pronunciado días antes de que se inaugure la Asamblea de Primavera del FMI y del Banco Mundial, que comenzará la semana próxima de forma virtual por la pandemia del coronavirus​, Georgieva advirtió que “aún nos enfrentamos a una incertidumbre extraordinaria sobre la profundidad y la duración de esta crisis”.

Sin embargo, la funcionaria advirtió que “ya está claro que el crecimiento mundial se tornará fuertemente negativo en 2020. De hecho, anticipamos las peores consecuencias económicas desde la Gran Depresión”, dijo la jefa del Fondo.

La crisis del 30 fue la más larga del siglo pasado y la que afectó a más países. Tuvo su origen en una fuerte caída de la Bolsa de Estados Unidos a fines de 1929, que venía subiendo de manera constante hasta ese momento, impulsada por el crédito. El derrumbe bursátil hizo que las empresas perdieran rápidamente su valor y empezó una caída en cadena del sistema financiero y productivo que llevó a un altísimo nivel de desempleo a nivel mundial. Aunque en Estados Unidos la recuperación empezó luego de la asunción de Franklin D. Roosvelt, en 1933, en otros países se extendió por más tiempo.

“Hace apenas tres meses, esperábamos un crecimiento positivo del ingreso per cápita en más de 160 de nuestros países miembros en 2020. Hoy, ese número se ha dado vuelta: ahora proyectamos que más de 170 países experimentarán un crecimiento negativo del ingreso per cápita este año”, dijo la jefa del FMI.

Georgieva explicó que esta crisis “no tiene fronteras” y que el impacto se siente sobre todo en el comercio minorista, la hotelería, el transporte y el turismo. Además, como la mayoría de los trabajadores son cuentapropistas o empleados de pequeñas y medianas empresas, estos sectores están especialmente expuestos. La funcionaria señaló que los mercados emergentes (como Argentina) y las naciones de bajos ingresos —en toda Africa, América Latina y gran parte de Asia— están “en alto riesgo”.

“Con sistemas de salud más débiles para empezar, muchos se enfrentan al terrible desafío de luchar contra el virus en ciudades densamente pobladas y barrios marginales azotados por la pobreza, donde el distanciamiento social no es una opción”, señaló.

“Con menos recursos para empezar, están peligrosamente expuestos a la actual demanda y los cambios de la oferta, el endurecimiento drástico de las condiciones financieras, y algunos pueden enfrentar una carga de deuda insostenible”, advirtió.

Georgieva también resaltó las masivas presiones externas que sufren los países emergentes. “En los últimos dos meses, han salido unos 100.000 millones de dólares de los mercados emergentes”, dijo y también mencionó la caída del precio de los commodities.

“No cabe duda de que 2020 será excepcionalmente difícil. Si la pandemia se desvanece en la segunda mitad del año, lo que permite un levantamiento gradual de las medidas de contención y la reapertura de la economía, nuestra hipótesis de referencia es una recuperación parcial en 2021”, pero advierte que también puede empeorar si la pandemia dura más.

Georgieva dijo que el FMI está dispuesto a ayudar. “Tenemos 1 billón de dólares en capacidad de préstamo y lo estamos poniendo al servicio de nuestros miembros”, dijo y agregó que están revisando su kit de herramientas para mejorar las líneas de crédito y “ayudar a satisfacer las necesidades de financiación de los países a través de otras opciones”.

Y añadió que “donde no podamos prestar porque la deuda de un país es insostenible, buscaremos soluciones que puedan desbloquear financiamiento crítico”.

El Fondo prestó 57.000 millones de dólares a la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri, pero luego de las PASO de agosto pasado y las turbulencias financieras que sucedieron el préstamo quedo congelado y no se desembolsó el último tramo de 5.400 millones. En febrero el Fondo declaró la deuda argentina como “insostenible” y pidió a los acreedores privados que hagan una “contribución apreciable” (una quita sustancial) en su renegociación con el Gobierno. El FMI aguardaba reevaluar más adelante el futuro del programa.

En medio del tironeo crucial sobre la deuda, la pandemia del coronavirus trastocó todos los papeles. Si bien la Argentina no ha pedido ayuda por ahora al FMI, con sus palabras Georgieva parece abrir la puerta a una solución para desbloquear algún tipo de financiamiento.

Con información de www.clarin.com sobre una nota de Paula Lugones

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