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La particular historia de la nueva candidata de Alberto Fernández a la embajada en el Vaticano

Fernanda Silva es afrodescendiente. Estaba casada pero su marido decidió hacerse sacerdote. E intervino Bergoglio.

POLÍTICA 31/01/2020 Heretz Nivel
FERNANDA SILVA

La carrera de Fernanda Silva, firme candidata a ocupar la jefatura de la embajada  argentina ante el Vaticano, es tan ascendente como curiosa. Una alta fuente del gobierno de Alberto Fernández confirmó a Clarín este jueves que antes de tomar el avión rumbo a Roma, y donde este viernes será recibido por el Papa Francisco, el presidente se decidió por esta diplomática de carrera. Ahora falta que el mandatario o el canciller Felipe Solá lo confirmen, porque en el Palacio San Martín y en la Casa Rosada la difusión de ese nombre sorprendió, y algunos hasta lo consideraban como "otra operación". Se refieren a la nominación anunciada y frenada de Luis Bellando.

Afro descendiente, de Cabo Verde, Silva hizo una carrera meteórica desde que trabajó en 2003 cerca del ex canciller Rafael Bielsa, futuro embajador en Chile. Y llegá al puesto número 2 de la embajada en el Vaticano, cuando la conducía Eduardo Valdés, en la segunda presidencia de Cristina Kirchner.

Por otro lado, lo más curioso de Silva es que fue el propio Jorge Bergoglio quien, siendo arzobispo de Buenos Aires, se ocupó personalmente de la ordenación sacerdotal del ex marido de la diplomática, de apellido Bernardini, quien decidió divorciarse aun teniendo una hija con la diplomática. Quiso ser cura. La nulidad del matrimonio fue confirmada por Iglesia, y aunque tiene los rasgos de tradición que el Vaticano prefiere, es un caso de lo más intrincado.

El nombre de Silva como nueva nominada fue revelado este jueves por el diario Página 12. Clarín ya lo había mencionado junto a otra diplomática que sonaba para el cargo: la embajadora Marilita Squeff, muy cercana a Cristina Kirchner. Fue después del fiasco de la candidatura de Bellando, diplomático de carrera, cuyo nombre comenzó a rodar, pero hizo ruido en la Iglesia como en algunos sectores del gobierno. 

Entre tanto, Silva supo tejer buenos vínculos con el Papa argentino, como con los gobiernos de Néstor y Cristina. Tuvo puestos destacados en la embajada en Venezuela con Alicia Castro -que ahora podría irse como uno de la embajada en Rusia- y después fue pedida por Valdés para el Vaticano cuando el hoy diputado fue nombrado embajador ante la Santa Sede. Silva estuvo entonces varias veces al frente de dicha embajada, ya que era la números dos, y así fue hasta 2015 con la llegada del gobierno de Mauricio Macri.

Entonces, Rogelio Pfirter, que reemplazó a Valdés, la desplazó. Pero lejos de ser congelada, Silva fue trasladada a la FAO, la agencia de alimentos y agricultura de Naciones Unidas, y por ello también se quedó un tiempo en Roma. Hasta que hace un año volvió al país. 

Con información de www.clarin.com sobre una nota de Natasha Niebieskikwiat

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