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“Wado” De Pedro, el líder de La Cámpora que construyó su propio poder bajo el paraguas de Cristina Kirchner

El diputado nacional será el nuevo ministro del Interior. Su relación con la ex presidenta, el rol que tuvo en la construcción del Frente de Todos y las dudas que tienen los gobernadores del PJ sobre su nuevo cargo

POLÍTICA 07/12/2019 Heretz Nivel
WADO DE PEDRO

Eduardo “Wado” De Pedro fue y es el dirigente más pragmático de La Cámpora. Negociador. Conciso. De pocas palabras. Es un kirchnerista que llegó al albertismo para ocupar un lugar clave en el gabinete del presidente electo: el Ministerio del Interior. Es, además, un dirigente de extrema confianza de Cristina Kirchner y un puente de diálogo entre las diferentes vertientes políticas que confluyeron en el Frente de Todos. Un articulador de voluntades e intereses.

Lapicera en mano, y junto a Máximo Kirchner, diseñó las listas legislativas de la unidad peronista. Un rol que ya había ocupado en tiempos donde gobernaba Cristina y la mesa chica del camporismo dibujaba con tinta indeleble los límites del poder donde se movía el viejo oficialismo. También fue parte de la negociación para que Sergio Massa regresara al peronismo y acordara una fusión entre su Frente Renovador y el kirchnerismo. Jugó en silencio, con bajo perfil. Fiel a su estilo.

“Wado” es hijo de Enrique De Pedro y Lucila Revora, dos militantes peronistas desaparecidos durante la dictadura militar, lo que en la Argentina implica llevar una tragedia tatuada de por vida. Se crió con sus tíos en Mercedes, una localidad en el interior de la provincia de Buenos Aires, donde actualmente gobierna su primo Juan Ustarroz. Cuando puso sus pies en la Capital Federal empezó a militar en H.I.J.O.S., una agrupación de derechos humanos que lo acercó a la política territorial. Gracias a esa militancia entró en el radar de Cristina Kirchner. Fue el principio de su recorrido político a escala nacional.

Abogado, de 43 años, casado con una licenciada en Letras y con un hijo. De Pedro ha mantenido su vida familiar en absoluta reserva. Lo que más se conoce está vinculado a su pasado, a su origen. A un costado de la vida política se dedica a producir miel y salame quintero en un campo que tiene en Mercedes y que lo heredó de su madre. Actividades paralelas y alejadas de la rosca política en la que está inmiscuido desde hace tiempo.

Su perfil bajo está íntimamente relacionado con su disfluencia en el habla, un trastorno que padece desde chico. “Utilizó sus limitaciones como potencial”, analizó un dirigente K de trato frecuente con De Pedro. El grueso de la gente no lo ha escuchado hablar. En su carrera política brindó pocas entrevista. Cuando está en su banca de diputado no suele intervenir en público. Lo evita. Diferente es la situación cuando tiene que hablar en un ambiente donde hay gente conocida. No se traba tanto en el habla. Se relaja y las limitaciones se esfuman en el aire.

La tartamudez ha sido una marca en su vida, pero no le impidió crecer dentro de la compleja estructura política y de poder que tiene la Argentina. Fue vicepresidente de Aerolíneas Argentinas, diputado nacional, secretario general de la Presidencia y miembro del Consejo de la Magistratura. Desde que entró en el círculo más chico de Néstor, Cristina y Máximo Kirchner, siempre estuvo en lugares de privilegio. Así llegó a este momento en el que se convirtió en un dirigente clave en el nuevo armado de Alberto Fernández.

En el kirchnerismo entienden que “Wado” fue el hombre apropiado para el momento que vivía el país y el peronismo. Fue parte de las múltiples negociaciones de unidad que florecieron a lo largo del 2019 y que tuvieron como resultado final la construcción del Frente de Todos. Sin esa unidad el peronismo no hubiese ganado. En un fuerza política tan ecléctica, encontrar puntos de acuerdos es una tarea difícil. Por eso el trabajo de De Pedro, como uno de los armadores, es valorado por las diferentes vertientes de la coalición. En base a lograr consensos, ganando más de lo que perdía, hizo crecer sus acciones en el mundo peronista.

De Pedro es un operador nato. Tiene facilidad para gestionar acuerdos y vocación de diálogo. Sus interlocutores resaltan que una de sus mayores virtudes es escuchar. “Wado se sienta, te escucha y te responde lo que necesitás escuchar”, sostienen. No promete lo que no puede cumplir. Tiene en claro su lugar en la estructura de poder, su pertenencia a La Cámpora y quién es su jefa política: Cristina Kirchner.

En los últimos meses, donde las elecciones y la transición se entrelazaron, “Wado” fue la voz de Cristina y Santiago Cafiero la de Alberto. Los dos le dieron forma al Gabinete y al esquema estatal que comenzará a funcionar a partir del 10 de diciembre. Su volumen de influencia creció al mismo ritmo que su participación en las decisiones que tomó Fernández desde que fue elegido para gobernar. Construyeron un vínculo de confianza. En los hechos, el presidente electo también será su jefe.

Su estrecha relación con Cristina y su nuevo trabajo como ministro del Interior generan inquietud en puñado de gobernadores del PJ que, pese a formar parte del Frente de Todos, miran con desconfianza cada paso que da la ex jefa de Estado. El interrogante de los mandatarios es cómo se va a manejar en la relación con los gobiernos provinciales. “La duda pasa por saber si va a representar al Presidente o a La Cámpora”, admitieron cerca de un mandatario peronista. Se sabrá cuando la gestión empiece a rodar.

Sin embargo, los gobernadores le destacan los buenos modales para negociar y su apertura para comprender los pedidos que le llegan. Por momentos, le sacan el sello camporista de su frente para marcar que es más flexible y dúctil que sus compañeros en la organización política. Junto a Máximo Kirchner, Andrés “Cuervo” Larroque y Mayra Mendoza conduce La Cámpora. Los mandatarios provinciales y legisladores que lo han tratado se empeñan en resaltar que es un kirchnerista con vocación para articular acuerdos. “Quizás sea el que más escucha de todo el kirchnerismo”, resaltó uno de los políticos con los que negoció en el último tiempo. Una marca personal.

De Pedro se transporta por todas las venas donde el corre el poder. Tiene el teléfono de todos, habla con todos, está dispuesto a negociar con todos. En este nuevo tiempo del peronismo tendrá canales de diálogo abiertos con Fernández, Cristina, Massa y Kicillof. Los cuatro nombres propios que formaron la base de la coalición de gobierno. “Wado” será, sin dudas, uno de los ministros más importantes de la era albertista. Su capacidad de influencia quedará a la vista en el corto plazo. Será un soldado de Cristina en la primera línea del ejército de Alberto.

 

 

Con información de www.infobae.com sobre una nota de Joaquín Mujica Díaz

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