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“La baja del consumo llegó a su piso”, dicen los supermercadistas

Para las cadenas, las ventas están en el nivel de 2002. Prevén un rebote el año próximo, pero gradual. Inflación, pacto social y ley de góndolas, en la mira.

ECONOMÍA 02/12/2019 Heretz Nivel
CONSUMO

La agenda para el año próximo de los supermercados viene cargada. Para el sector, el gobierno de Alberto Fernández es una incógnita. “Ni siquiera conocemos al ministro de Economía”, dicen, pero igual anticipan un 2020 complejo y difícil para el consumo. Reunidos por el Económico al cierre de la cumbre anual supermercadista que organiza la ASU, Federico Braun (La Anónima), Dolores Fernández Lobbe (Walmart) y Joaquín Santa Coloma (Cencosud) analizaron los desafíos que afronta el sector: falta de crédito, alta inflación, ley de góndolas y un eventual congelamiento de precios y salarios. La charla arrancó del siguiente modo:

-¿Los supermercados están perdiendo terreno frente a otros canales de comercialización?

Fernández Lobbe: Yo no veo que se esté impulsando la formalización del consumo. Creo que las crisis y las políticas de los últimos años lo que hicieron fue fomentar el comercio informal y desalentar el consumo masivo en los canales formales. Vemos un deterioro pero desde ese lado.

Braun: El supermercadismo llegó a representar el 48% del consumo masivo a fin de los 90. En 2001 cayó y viene cayendo sistemáticamente y hoy representa el 30% del total. Este año recuperamos un poco, por la mayor eficiencia y la agresividad en las ofertas. Octubre fue un buen mes, con mucho menos caída, por lo menos algo estamos recuperando. Pero en este período hemos caído muchísimo.

-¿El retroceso es por el avance de la informalidad o porque hay errores en el canal moderno para adecuarse al momento actual?

Santa Coloma: Creo que el momento actual favorece a la informalidad. Lo que sí coincido con Braun es que en este último trimestre, la implementación de medidas como la quita del IVA, nos ayudó a recuperar terreno contra el comercio informal. Puntualmente, esa acción fue positiva para los supermercados. Pero creo que hay otros problemas que vienen de lejos, como la carga impositiva, que el negocio informal lo aprovecha.

-El consumo masivo cayó este año más del 13%. ¿Con cuál crisis es comparable?

Braun: Diferenciemos dos cosas. Una es la caída del consumo total, que entre 2015 y 2019 fue de dos dígitos. Los supermercados caímos más por dos factores: la competencia desleal y, en menor medida, por el avance de los mayoristas. Ese canal se reconvirtió y muchos se parecen a un comercio minorista. En la primera etapa, el mayorista nos sacó bastante, pero en este último tiempo venimos recuperando parte de la pérdida.

Fernández Lobbe: Cuando hacemos las comparaciones, no nos fijamos en el consumo total sino en el consumo per cápita. En este sentido, los índices del último año son comparables con la última gran crisis.

-¿Con la crisis de 2002?

Fernández Lobbe: Si computamos el aumento de la población, el consumo está en los niveles de 2002.

Braun: Pero con la gran diferencia que en 2002 tuvimos una caída muy fuerte de golpe, pero a partir de 2003 y 2004, con la recuperación del poder adquisitivo, el sector comenzó a recuperarse hasta llegar al pico de 2011 y 2012. Entonces, hoy estamos muy parecido a 2002, con otra diferencia: en esta ocasión surgió un modo distinto de comprar. Mucha gente descubre las segundas marcas, se pone en “modo austero” y eso también afecta al negocio de los supermercados. Quiero decir también que soy muy optimista con medidas como la baja del IVA, que en la medida que se generalice y si se hace bien, es una herramienta muy interesante para los supermercados y para el país.

-Desde el entorno de Alberto Fernández se habla de la necesidad de recuperar el poder adquisitivo ¿Se puede esperar algún rebote en el consumo para 2020?

Santa Coloma: Yo creo que habrá más consumo, pero no se espera un rebote similar al de 2002. Mucha gente está endeudada y, en gran medida, si hay más dinero se lo destinará a cancelar atrasos con las tarjetas, o de cuentas de servicios impagos. No veo un rebote fuerte sino más bien un freno en la caída de consumo.

Fernández Lobbe: Coincido con Joaquín. No veo un salto fuerte en el consumo sino más bien una recuperación gradual, más concentrada en sectores medios y medios bajos y en algunas categorías. Creo que puede arrancar en los segmentos de productos que perdieron penetración. Pero la caída registrada en los últimos años por fuera de los productos básicos, que representa un volumen muy importante para nuestra cadena, como textiles o electrodomésticos, es muy difícil que se recupere.

-También se habla de un acuerdo de precios y salarios. ¿Puede llegar a funcionar?

Braun: Yo insisto en el marco económico. Si tenemos una economía con cierta estabilidad y si se cierra un acuerdo por la deuda, es bastante fácil concretar acuerdos de ese tipo. Pero si estás en una híper, eso es imposible. Yo creo que nadie puede anticipar lo que puede pasar dentro de tres meses. Si explican cuál es el plan económico, se podría decir si es factible un acuerdo de ese tipo.

Fernández Lobbe: Creo que todavía el panorama es bastante incierto.

-¿Un acuerdo de precios y salarios puede parar la inercia inflacionaria? ¿Podría servir para frenar las remarcaciones constantes?

Fernández Lobbe: No sé si puede servir para combatir la inflación. Es muy complicado anticipar lo que se viene. Este año la inflación venía desacelerando, estábamos todos muy optimistas y en un mes cambió todo. Claramente entiendo que habrá que hacer acuerdos porque sin eso no hay forma de salir. Ahora, de qué manera, con cuál medida y de qué forma alcanzamos ese acuerdo, es algo que hoy no se puede precisar.

-Recién se habló del riesgo de una híper ¿Creen que eso es posible?

Braun: Es poco probable, pero depende de lo que se haga. Si no se llega a un acuerdo por la deuda externa, que se tiene que cancelar títulos en pesos y se emite artificialmente, todo junto podría desembocar en una híper. La posibilidad es pequeña, porque a pesar de todo hubo un aprendizaje en la sociedad.

Santa Coloma: Me cuesta mucho proyectar cuando todavía no conocemos al futuro ministro de Economía. Estamos un poco perdidos en ese sentido y prefiero no opinar.

-La Ley de góndolas ya cuenta con media sanción de Diputados. ¿Qué opinan del proyecto?

Fernández Lobbe: Estamos de acuerdo con el espíritu de la ley y sobre la necesidad de desarrollar a las pymes. Pero la forma sobre cómo hacerlo no es a través de una ley. Por ejemplo, internamente tenemos un programa de apoyo a las pymes, con el cual intentamos que puedan abastecer a los supermercados y para que puedan ser parte de nuestras góndolas. Por otro lado, están las marcas propias, que nos representa casi el 20% de nuestras ventas y donde el 90% de los proveedores son pymes. Creo que hay un montón de cosas que podemos hacer en vez de aplicar una ley que fuerce espacios en las góndolas. También habrá que ver si esta iniciativa se podrá sostener, cómo se va a implementar, cómo se va a regular. Me parece que eso va a ser un desafio.

-Este año se hicieron 34 denuncias en Defensa de la Competencia. ¿Se pueden frenar los abusos sin una ley?

Braun: Primero hay que destacar que existe una ley de Defensa de la Competencia, una ley de Defensa del Consumidor y una cantidad de normas para combatir o morigerar los abusos. La ley de góndolas se equivoca en dos capítulos. Uno es que establece qué hay que poner en la góndola con precisión notable. Eso para mí no es la forma. Y no estamos de acuerdo porque además eso ya lo hacemos en forma natural, que es desarrollar pymes cuando hacemos las compras. Cuando leo que en algunos artículos dice cómo se ordena una góndola, eso sólo existe en un país: Ecuador. Entonces, hay algo que no va.

Santa Coloma: Si queremos mejorar y ayudar a las pymes para que puedan proveer a una cadena, antes deberíamos resolver muchas cuestiones, de logística, de créditos, por ejemplo.

-Mencionaron que hay otras herramientas para lograr ese objetivo. ¿Cuáles serían?

Santa Coloma: Programas como los que venimos trabajando. Más del 50% de nuestros proveedores para las marcas propias son pymes. Nuestras marcas representan el 11% del total, pero crecieron en un año el 4%. En definitiva, hay que analizar qué camino puede ser el mejor para tener más proveedores y se pueda generar competencia.

Braun: El concepto de marca propia nace en Europa en la década del 60, primero como marca blanca. Si te dedicás a producir y lográs un gran volumen, sumás la exportación, bajan mucho los costos comerciales y de distribución. Es algo muy eficiente. Y eso lo hacemos porque queremos y no porque alguien lo impone. Está en nuestro ADN: vender lo más barato posible.

-La ley de góndolas tuvo el 97% de apoyo en Diputados. ¿Se puede decir que son víctimas de prejuicios?

Fernández Lobbe: Es fácil apoyar algo cuando se busca combatir el abuso de poder. Yo también estoy de acuerdo con eso y con desarrollar a las pymes. Desde ese ángulo es fácil lograr un 100% de nivel de acuerdo. Ahora el punto es que primero hay que entender el negocio, involucrarnos, averiguar quiénes son los actores, cómo se construyen los precios y cómo se arman las góndolas, para tomar las decisiones correctas y cómo lograr una legislación adecuada para lograr esos objetivos.

-¿Pero quiénes son los formadores de precios?

Braun: Hay mucha confusión. Yo escucho que se habla de la diferencia del precio que cobra un productor con el de la venta al público. Lo que no se explica bien es que entre ambos puntos existen numerosos procesos y eslabones, y que en cada uno se pagan impuestos, que son acumulativos. Y al final, nosotros, puede que estemos perdiendo plata. ¿Cómo puede ser que no se entienda eso? En algunos casos hay prejuicios. Muchos suponen que porque un supermercado es grande y vende mucho, gana mucha plata. Hay mucho prejuicio.

-¿Cuáles son sus prioridades para los puntos de venta? ¿Prevén nuevas aperturas el año que viene?

Fernández Lobbe: La prioridad hoy es invertir en las tiendas actuales y eventualmente reconvertir alguna tienda en mayorista.

Braun: Nuestro foco es fortalecer la parte online. En cuanto a la apertura de nuevas bocas físicas, eso dependerá del crédito. Tenemos que ser muy prudentes. Tenemos identificados los lugares donde queremos ir, el tamaño, tenemos todo listo hasta que reaparezca el crédito.

Santa Coloma: Tenemos un plan de reconversiones ambicioso para las tres banderas (Jumbo, Disco y Vea). Y también tenemos previsto la adaptación de algunas tiendas, sobre todo achicar metros en las grandes superficies y buscar socios para que ocupen esos espacios y que generen tráfico. Pero no la apertura de nuevas tiendas, al menos en 2020.

-¿Cuál es la agenda de los supermercados para el año próximo?

Santa Coloma: Poner las tiendas en valor para que los clientes vuelvan a entrar a los locales.

Braun: Continuar con lo que venimos haciendo los últimos años: trabajar para ser más eficientes.

Fernández Lobbe: Nuestro foco es invertir y mejorar la propuesta para el cliente omnicanal y mejorar el desarrollo en el segmento tradicional con nuestros puntos de venta mayoristas. Y sobre todo, invertir en la gente y en el talento para afrontar los desafíos que se vienen, que no son pocos.

Ruidos y peleas en la cumbre supermercadista

Faltazos sorpresivos, pronósticos pesimistas y una pelea con final incierto fueron algunos datos salientes de la última Cumbre Anual Supermercadista que organiza la ASU y GS1. El evento, convocado por las grandes cadenas, se desarrolló el martes 26 de noviembre en La Rural, arrancó en forma distinta a la prevista por la deserción del economista cercano a Alberto Fernández Emanuel Álvarez Agis, que debía hablar sobre los desafíos que afronta el país.

Sin embargo, desde bien temprano circularon versiones sobre un conflicto entre la ASU y Carrefour. De hecho, ningún ejecutivo de la compañía francesa acudió al principal congreso del sector, un foro en el cual se debaten los problemas del canal moderno. El malestar era tal que incluso algunos ponían en duda la continuidad de Carrefour en la ASU, la cámara que agrupa a Coto, Cencosud, Walmart y La Anónima, entre otros.

Desde Carrefour explicaron que este año no acudieron a la cumbre por la visita al país del CEO global de la compañía, Alexandre Bompard, y que entre otras cosas se reunió con el presidente electo, Alberto F., y recorrió algunas sucursales “Nuestra participación en la ASU está garantizada”, dijo un ejecutivo de la compañía, descartando en forma tajante cualquier tipo de ruptura.

De todos modos, Federico Braun, presidente de La Anónima, reconoció que existen ruidos con la mayor cadena de supermercados del país (tiene 592 puntos de venta). “El nuevo CEO (Stéphane Maquaire) no vino a ninguna reunión desde que asumió”, dijo el empresario, sin dar más detalles. Maquaire asumió como gerente general de la filial de Carrefour en mayo pasado, en lugar del francés Rami Baitieh.

Otras fuentes del sector coinciden en que el conflicto de fondo es otro. Apuntan al acuerdo que firmó la semana pasada Carrefour con el sindicato de Comercio, de Armando Cavalieri, para el pago de un bono de fin de año de $6.575 y una compensación remunerativa extraordinaria de $5.000 a sus empleados. Las empresas argumentan que Carrefour decidió acordar sin consenso y que esas bonificaciones establecen un parámetro virtual para el resto de las cadenas, todo en un contexto dificultoso para el consumo, las ventas en general y la rentabilidad.

En la superficie, la cumbre supermercadista continuó su curso. Con pronósticos muy cautos sobre el consumo para 2020.

 

 

Con información de www.clarin.com sobre una nota de Damián Kantor

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