Tras las elecciones, la agenda estará signada por la urgencia de la renegociación de la deuda

La crisis económica y financiera que atraviesa la Argentina obligará al próximo presidente de la Nación a renegociar la deuda, debido a que ya no hay ni financiamiento de la deuda ni posibilidad de solventarla. El país continúa gastando por encima de las posibilidades y la diferencia fue pedida prestada, esto hace que los mercados, al ver esta situación se retiren, cerrando la posibilidad de refinanciar los compromisos de deuda.

Argentina, de acuerdo a los especialistas en economía, ha quedado en total aislamiento. En general, todas las naciones acceden a refinanciar sus deudas con tasas razonables, pero nuestro país ha cancelado pasivos con reservas del Banco Central, endeudándonos con el mercado o pidiendo ayuda al Fondo Monetario Internacional. Este proceso no puede sostenerse por mucho tiempo.

El eventual presidente de la Nación deberá traer sobre la mesa una discusión bastante delicada: Cómo se resolverá el problema de la deuda pública, tema que se ha acelerado desde la devaluación de abril del 2018 y sobre todo por el elevado grado de dolarización que posee. Argentina ya ha perdido acceso a los mercados voluntarios de deuda desde hace un año y ha consumido ahorros en cancelar vencimientos.

La única vía de financiamiento que tiene Argentina es negociar con el Fondo Monetario Internacional. De hecho, ya se hizo, pero esta puerta se va cerrando paulatinamente, con la noticia de que los desembolsos se han interrumpido, a la espera de las elecciones del 27 de octubre y la orientación económica del ganador. De acuerdo con os últimos números presentados por el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, el país tiene una deuda de USD 310.000 millones con considerables vencimientos en lo que resta del año.

Según las cifras oficiales del Gobierno nacional, antes del 31 de diciembre, Argentina tiene compromisos con sus acreedores de Títulos Públicos por USD 6.130 millones, con Organismos Internacionales por USD 1.034 millones y con otros acreedores por USD 7.042 millones. Es cierto que de este último grupo hay compromisos con el Banco Central por USD 5.831 millones que no impactarán en la cuenta global. A esto se le suma que el Gobierno también tenía USD 8.810 millones en vencimientos de Letes antes de fin de año, pero gran parte de estas fueron reperfiladas hasta el primer trimestre de 2020.

Con información de www.elintransigente.com