El ministerio de la Felicidad

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Si encontrar un paralelismo orwelliano para el flamante ministerio de Vinculación y Gestión Institucional fuera menester, la cartera comandada por Siciliano sin duda llevaría por nombre “ministerio de la Felicidad”, sumándose al coro de los ministerios del Amor, la Paz, la Verdad y la Abundancia.

Es que las competencias que reunirá el candidato testimonial de Llaryora son realmente envidiables para cualquiera que pretenda posicionarse políticamente a futuro. Aunque la reforma de la orgánica todavía no ha cruzado la plaza que separa a la Legislatura del Centro Cívico, ya se ha adelantado que Siciliano tendrá a su cargo las funciones vinculadas a la Agencia Córdoba Cultura y Córdoba Joven, Culto, los consejos barriales, los programas de Seguridad desplegados por la Provincia en la capital y el reparto de subsidios a clubes, asociaciones civiles y demás. Y es probable que esas competencias sigan creciendo.

Pero, si el reparto de funciones es siempre un juego de suma cero, la pregunta que subyace es, ¿quiénes y cuántos pierden, en el gabinete, para que gane Siciliano?

Entre los más afectados por el trampolín que el Panal construye para que el diputado electo se lance a la sucesión municipal estarían Gobierno y Desarrollo Social, a cargo de Manuel Calvo y Laura Jure respectivamente. Pero lejos están de ser los únicos. El resto de los ministros aguarda, con preocupación e indisimulable molestia, conocer cómo quedarán sus carteras después de la reestructuración que implicará el arribo de Siciliano al Gabiente.

El sentir compartido que los funcionarios de primeras y segundas líneas callan en público y confiesan en privado es que, con cobertura del gobernador, Siciliano llegó para comerse el corazón de las sandías. Para hacer los anuncios y repartir los subsidios, mientras a cada uno de ellos les queda reservada la parte más gris: empujar los expedientes y sobrellevar la escasez de recursos en la gestión del día a día.

A ese marco provincial, se superpone otro, municipal. Si la tarea de Siciliano será estrechar espacios entre la gestión provincial y el territorio de la capital, el novel ministro entrará en una hipótesis de conflicto insalvable con dos estructuras: el viguismo, en el territorio, y la gestión, en la Municipalidad. O al menos las esclusas de la gestión que ocupan dirigentes con confesas pretensiones de anotarse en la sucesión municipal.

En relación al territorio, hay quienes entienden que a Siciliano no le será demasiado difícil permear al PJ Capital, pero sí encontrará dificultades a la hora de articular entre su cartera y las secretarías municipales. 

“Si bien es de Llaryora, viene de la lógica vieja PJ -razona un baqueano de la capital-. Todos los presidentes de seccional tienen línea directa con Miguel y la “Tori”. Se conocen todos de la JP. Y hoy no está al medio Daniel (Passerini). No tienen que "traicionar" a nadie. Solamente alinearse. A los que les cae mal es a los que tienen aspiraciones de candidatos”. 

El asunto es que, entre quienes tienen tales aspiraciones, se encuentran secretarios de carteras clave en el territorio. En primer lugar, el secretario de Participación Ciudadana, a cargo de todos los CPC y todos los obradores, Juan Domingo Viola. En segundo lugar, el secretario de Fortalecimiento Vecinal, Cultura y Deporte, Héctor “Pichi” Campana. Para no hablar de los funcionarios del riñón del intendente, Rodrigo Fernández (Gobierno) y Sergio Lorenzatti (Administración). Es lógico que Passerini tenga intensiones de gravitar en la definición de su sucesor, como en su momento lo hizo Llaryora.

Ni hablar de lo que pasará con los viguistas puros, que acaban de presenciar la consolidación del declive schiarettista, y ahora ven la lunga sombra de Siciliano cernirse sobre la capital, donde Llaryora jamás germinó estructura propia… hasta ahora.

Otro baqueano del PJ, en este caso de escala provincial, apela, sin perder el buen humor, a Atahualpa para describir el denso clima que se respira en los pasillos del Centro Cívico, mientras dirigentes y funcionarios aguardan por conocer el trazo fino de la designación de Siciliano: “Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”.

CON INFORMACION DE DIARIOALFIL.

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