El balneario con playas de 800 metros y caminos de ripio, ideal para el verano

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En la Costa Atlántica bonaerense existe un balneario que parece detenido en el tiempo. Marisol es ese lugar: una playa de arena blanca, casi desierta, donde la naturaleza manda y el ritmo es otro. Lejos del ruido de Mar del Plata o Pinamar, este pequeño pueblo de menos de 200 habitantes se convirtió en unos de los refugios elegidos por Diego Maradona en los años ‘90.


Un paraíso escondido entre médanos y mar abierto
Marisol sorprende por su belleza natural y su ambiente relajado. Sus playas extensas, de hasta 800 metros de ancho, invitan a caminar sin apuro, pescar o simplemente contemplar el mar. El perfil bajo del pueblo y el acceso por caminos de ripio la mantienen alejada de las multitudes, convirtiéndola en el destino perfecto para quienes buscan descanso y tranquilidad.

El paisaje se completa con un cordón de médanos forestados que llega a los 3.000 metros de ancho y separa el pueblo del mar. Desde lo alto, la vista es única: se ve la inmensidad de la playa y la desembocadura del río Quequén Salado, que forma un ecosistema especial, ideal para la observación de aves y la pesca deportiva.

Qué hacer en Marisol: naturaleza, pesca y atardeceres inolvidables
En Marisol, el tiempo parece ir más lento. Las actividades favoritas de quienes la visitan son:

Caminar por los médanos y senderos entre pinos y eucaliptos.
Pescar en la desembocadura del Quequén Salado, donde el agua dulce y salada se mezclan y atraen distintas especies.
Disfrutar de los atardeceres sobre el mar, un espectáculo que no tiene comparación en la costa bonaerense.
Recorrer la pasarela de madera y el anfiteatro al aire libre, con vistas panorámicas del balneario.

En verano, el pueblo suma una pequeña feria artesanal, dos restaurantes, una confitería y algunas casas de pesca. Todo a escala humana, sin estridencias.

Maradona en Marisol: el verano donde fue “uno más”
En los años ‘90, Diego Maradona eligió Marisol para escapar de los flashes y las multitudes. Llegaba con su familia y se quedaba días enteros disfrutando del mar y el silencio. Jugaba al paddle, caminaba por la playa o participaba en partidos benéficos, como el que organizó en 1992 para ayudar a la unidad sanitaria de Oriente.

“Acá era uno más”, contaron en el pueblo a Clarín. Las anécdotas de esos veranos siguen vivas y le dan a Marisol un aire entrañable, donde la leyenda del fútbol mundial se mezcló con la gente común.

Pesca en Marisol: especies y secretos de la costa
Marisol es uno de los últimos rincones de la provincia donde se puede pescar directamente desde la playa. El Quequén Salado ofrece aguas tranquilas y una gran variedad de especies durante todo el año.

Entre octubre y marzo abundan las corvinas, rayas y gatuzos. En invierno, los fanáticos buscan pejerreyes grandes y lenguados. La zona de la desembocadura es la favorita de los pescadores, por la mezcla de corrientes y la posibilidad de conseguir buenas piezas.

Tanto para expertos como para quienes prueban suerte por primera vez, Marisol es un escenario ideal para la pesca deportiva.

Cómo llegar a Marisol desde Buenos Aires
Desde la Ciudad de Buenos Aires, hay que tomar la Ruta Nacional 3 hacia el sur, desviarse por la Ruta Provincial 72 hasta la localidad de Oriente y, desde ahí, recorrer 22 kilómetros de camino de ripio hasta el balneario. El viaje suma 576 kilómetros y demanda unas siete horas en auto.

CON INFORMACION DE TODONOTICIAS.

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