Ya se vende la inyección para la obesidad en todas las farmacias del país

SALUD Y NUTRICIÓN Ana Cohen
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La reciente introducción de semaglutida de fabricación nacional en farmacias de todo el país marca un hito relevante en la lucha contra la obesidad, un problema de salud pública de magnitudes alarmantes. Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, más del 60% de los adultos en Argentina presenta exceso de peso, y un 24,3% se clasifica como obesidad, con cifras que superan el 30% entre aquellas personas mayores de 50 años. Estos datos no solo son preocupantes, sino que subrayan la necesidad urgente de acceder a tratamientos efectivos y accesibles.


La semaglutida, inicialmente concebida para tratar la diabetes tipo 2, ha demostrado su valía no solo en el control de glucosa, sino también en la pérdida de peso significativa cuando se utiliza para combatir la obesidad. Lo innovador de esta iniciativa es que podremos acceder a una versión local del medicamento, conocida como Obetide, que promete democratizar el tratamiento al reducir su costo en un 70% en comparación con la versión importada. Este cambio es un paso vital hacia la equidad en la atención a la salud; al permitir que más pacientes puedan acceder a un fármaco validado internacionalmente, se fortalece la posibilidad de un tratamiento eficaz.

"La diferencia principal entre la fórmula para la diabetes tipo 2 y para la obesidad radica en las dosis y presentaciones. En el caso de la obesidad, la semaglutida se emplea en concentraciones mayores para favorecer la pérdida de peso, mientras que en diabetes se utiliza en dosificaciones más bajas para mejorar el control glucémico en personas que no logran resultados adecuados con otros tratamientos."


La efectividad de la semaglutida radica en su capacidad para imitar la hormona GLP-1, que regula el apetito y los niveles de azúcar en sangre. Está aprobada para aquellos con un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30, o un IMC de al menos 27 con factores de riesgo como hipertensión. Esta flexibilidad asegura que un mayor número de personas con sobrepeso puedan beneficiarse de su administración, siempre bajo estricta supervisión médica.
Sin embargo, no debemos olvidar que este medicamento no es una solución mágica. Como señala Fabiana Vazquez, especialista en medicina interna y diabetes, la semaglutida debe ser parte de un enfoque integral que incluya alimentación saludable y ejercicio físico. La obesidad es una enfermedad crónica y, como tal, requiere un tratamiento continuo y un seguimiento médico diligente.


Adicionalmente, la semaglutida se ha asociado a una disminución del riesgo de eventos cardiovasculares, lo cual es particularmente significativo dado que la obesidad suele estar relacionada con estos problemas. Estudios han demostrado que el tratamiento no solo reduce el peso, sino que también impacta positivamente en la calidad de vida, disminuyendo el dolor articular y mejorando la función física.


Las voces de expertos como Roxana Ratto resaltan la revolución que representan los tratamientos basados en GLP-1, y cómo su disponibilidad en todos los estratos sociales es un acto de equidad sanitaria. El crecimiento en el número de pacientes tratados con GLP-1 en Argentina, de 30,000 a 130,000 en solo un año, es prueba de que estamos viendo los efectos de políticas de precios diferenciales que están ampliando el acceso.


En conclusión, la llegada de la semaglutida de fabricación nacional no solo representa una oportunidad para tratar la obesidad de manera más accesible, sino que también abre la puerta a una mejora sustancial en la salud pública. No hay duda de que, bajo la supervisión médica adecuada, este tratamiento puede ser una herramienta poderosa en la lucha contra la obesidad y sus complicaciones asociadas, mejorando la calidad de vida de miles de argentinos.

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