
Caputo reivindica una “Doctrina Bullrich” y ordena la transición en Seguridad tras la renuncia de la ministra
POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior

- Santiago Caputo elogió la gestión de Patricia Bullrich y anticipó una futura “Doctrina Bullrich”.
- El asesor sostuvo que su paso por el Ministerio marcó “un punto de inflexión” en la seguridad nacional.
- Bullrich formalizó su renuncia con una carta a Milei para asumir como senadora nacional.
- El Gobierno asegura que la transición será ordenada y sin cambios abruptos en los protocolos.
- La Casa Rosada aún no definió quién la reemplazará al frente de la cartera.
- Caputo refuerza su rol estratégico al marcar continuidad en la política de seguridad oficial.
La salida de Patricia Bullrich del Ministerio de Seguridad abrió una serie de definiciones políticas que atravesaron la agenda del Gobierno. Aunque su renuncia estaba anunciada y formalizada con una carta elevada al presidente Javier Milei, la reacción dentro del oficialismo no se limitó al trámite administrativo. Uno de los mensajes más resonantes fue el de Santiago Caputo, asesor principal del Presidente, quien reivindicó la gestión de la funcionaria y anticipó que su legado podría trascender largamente a la actual administración.
Caputo, considerado el estratega político más influyente del Gobierno, escribió un mensaje público en el que aseguró que “dentro de cincuenta años” se hablará de una “Doctrina Bullrich” para referirse al modo en que la ministra condujo el área de Seguridad. La frase no solo buscó destacar su labor, sino que se inscribió en la narrativa oficial de orden y autoridad, pilares discursivos del proyecto que impulsa Milei. Con elogios explícitos y una referencia final a la sigla “TMAP”, emblema del círculo íntimo presidencial, el asesor marcó una lectura interna de su salida: su política, afirman, no cambia.
La interpretación política del mensaje no pasó inadvertida. En el oficialismo sostienen que la gestión de Bullrich logró instalar una agenda fuerte en materia de seguridad, con énfasis en la actuación de las fuerzas federales y en la aplicación de protocolos que endurecieron la táctica operativa en distintos frentes. Caputo buscó ordenar el clima interno y, al mismo tiempo, enviar una señal hacia afuera sobre la continuidad del rumbo: la transición administrativa no supone un giro conceptual.
La exministra, por su parte, formalizó su renuncia mediante una carta dirigida a Milei en la que agradeció la confianza y destacó “la oportunidad de ejecutar una política de orden que prevalece en el país”. Su salida se produce para asumir una banca en el Senado, un destino político que ya estaba previsto, pero que obliga al Gobierno a reacomodar su esquema de mando en el área de seguridad. En la misiva, Bullrich evitó referirse a eventuales modificaciones en los protocolos vigentes y se concentró en reivindicar una gestión que, dijo, avanzó en la reorganización de estructuras y en el fortalecimiento operativo de las fuerzas.
En redes sociales, la exministra también publicó un breve mensaje de despedida en el que subrayó el trabajo realizado durante los últimos dos años. A diferencia del tono celebratorio elegido por Caputo, su declaración fue más institucional y menos política, en consonancia con su próximo rol legislativo. Allí tampoco deslizó pistas sobre los próximos pasos del Gobierno en materia de seguridad, una incógnita que aún resuena en Balcarce 50.
La transición, según fuentes oficiales, será “ordenada” y sin interrupciones abruptas en la aplicación de los protocolos actuales. En la Casa Rosada sostienen que la estructura diseñada por Bullrich ya se encuentra consolidada y que su reemplazo —aún no definido— se encontrará con un ministerio operativo y con líneas estratégicas previamente consensuadas. El hermetismo respecto del nombre elegido alimenta especulaciones, pero hasta ahora las señales apuntan a preservar el esquema vigente.
La movida deja a Santiago Caputo como la voz política más visible dentro del oficialismo en esta etapa. Su mensaje no solo buscó despedir a la ministra saliente, sino también fijar una marca: la “Doctrina Bullrich”, como la describió, se mantendrá como parte de la identidad del Gobierno. Para el núcleo duro que rodea al Presidente, se trata de un concepto que resume el énfasis en el orden y la seguridad, dos pilares que Milei considera centrales para sostener su proyecto político.
El Gobierno deberá ahora avanzar con la designación de la nueva conducción del Ministerio. En tanto, el elogio de Caputo parece funcionar como un puente entre la etapa que se cierra y la continuidad que pretende mostrarse hacia adelante. La renuncia de Bullrich, lejos de ser apenas un movimiento administrativo, reacomoda el tablero político y vuelve a dejar al descubierto el peso que tienen las señales internas dentro de una administración que cuida cada gesto.





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