Cristina Kirchner reaviva la polémica por la Causa Cuadernos y denuncia “tortura judicial”

JUDICIALES Agencia de Noticias del Interior
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  • Cristina Kirchner denunció que los arrepentidos en la Causa Cuadernos fueron “torturados y extorsionados”.
  • Compartió un video donde un abogado relata el aislamiento y vigilancia constante de su cliente detenido.
  • Acusó al fiscal Carlos Stornelli de ser “el guionista” del expediente y de contar con protección judicial.
  • Aseguró que la reapertura del caso busca “distraer” de la crisis económica del gobierno de Milei.
  • Vinculó el apoyo financiero de EE.UU. a la Argentina con un “colonialismo financiero”.
  • Reinstaló el debate sobre los límites del sistema de arrepentidos y la independencia judicial.

Cristina Fernández de Kirchner volvió al centro de la escena política y judicial con un extenso mensaje en sus redes sociales en el que acusó al Poder Judicial de haber montado una “opereta” en su contra durante la investigación de la Causa Cuadernos. La ex presidenta, procesada en ese expediente por presunta asociación ilícita y corrupción en la obra pública, compartió un video emitido originalmente por Todo Noticias (TN) en el que el abogado Roberto Herrera —defensor de uno de los empresarios arrepentidos— describe las supuestas condiciones de encierro extremo que sufrió su cliente mientras declaraba ante la Justicia.

En el mensaje, Fernández de Kirchner sostuvo que aquellos testimonios no fueron fruto de un arrepentimiento genuino, sino de “extorsiones y torturas” aplicadas para incriminarla. “A uno de ellos lo aislaron en una celda sin ventanas, con un reflector encendido las 24 horas, sin saber si era de día o de noche. Eso es tortura blanca”, escribió la exmandataria. La expresión hace referencia a una modalidad de castigo psicológico caracterizada por el aislamiento y la privación sensorial, prácticas que organismos internacionales califican como tratos crueles o degradantes.

El video difundido por Cristina muestra a Herrera detallando que su defendido fue vigilado y filmado constantemente durante su detención, en un intento por forzar una declaración incriminatoria. Para la ex presidenta, este tipo de mecanismos “revela métodos propios de las dictaduras” y demuestra, según sus palabras, que “esto ya no es lawfare, es persecución política con métodos de tormento”.

La líder del kirchnerismo también apuntó directamente al fiscal Carlos Stornelli, a quien señaló como “el guionista de esta trama judicial” y lo vinculó con causas por espionaje y extorsión. “Es el mismo fiscal que fue procesado por asociación ilícita y que, pese a las pruebas, fue salvado por la Corte de los Tres”, afirmó, en alusión a los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. La mención no fue casual: el máximo tribunal es actualmente responsable de la revisión de varios fallos vinculados a causas de corrupción de la era kirchnerista.

El pronunciamiento de Cristina llega en un momento de reactivación judicial del caso, a raíz de presentaciones de fiscales y jueces que impulsan la reapertura de tramos del expediente. Para la ex presidenta, esa decisión no es jurídica sino política. “La reapertura de los Cuadernos truchos no tiene nada que ver con la Justicia, sino con la distracción. Si no hay pan, que haya circo”, ironizó, vinculando la medida con el contexto económico adverso que enfrenta el gobierno de Javier Milei.

En esa línea, Fernández de Kirchner amplió sus críticas hacia el rumbo económico y la relación con Estados Unidos. “Esto no es inversión, es delito. Es colonialismo financiero con cómplices locales”, escribió, en alusión a los recientes acuerdos financieros entre el Tesoro estadounidense y la administración libertaria, que incluyen un swap y el uso de Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI.

El mensaje, de fuerte contenido político, fue leído como un intento de reposicionamiento de la ex mandataria en la discusión pública. Desde el entorno de Milei evitaron responder directamente, aunque allegados al Gobierno consideraron que las declaraciones buscan “reinstalar la narrativa del victimismo judicial” en un momento en que la oposición peronista atraviesa un proceso de reconfiguración interna.

El caso Cuadernos, como se denomina al proceso judicial que se reactivó la semana pasada, fue uno de los expedientes emblemáticos de la denominada “era de los arrepentidos”. La investigación se inició en 2018 tras la aparición de los cuadernos del chofer Oscar Centeno, que registraban presuntos pagos de sobornos vinculados a la obra pública durante los gobiernos kirchneristas. Varios empresarios y ex funcionarios declararon como colaboradores, lo que derivó en más de cien procesamientos, entre ellos el de la propia Cristina Kirchner.

Si bien el video compartido por la ex presidenta no introduce nuevos elementos judiciales, sí vuelve a poner bajo la lupa las condiciones en las que se produjeron aquellas confesiones, tema que organismos de derechos humanos ya habían cuestionado. En ese sentido, la denuncia sobre “tortura blanca” reabre un debate incómodo: el de los límites éticos y legales de la figura del arrepentido y la delgada línea que separa la cooperación judicial de la coerción.

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