


Renunciar a los carbohidratos se ha vuelto una estrategia popular entre quienes buscan perder peso rápidamente. Influencers y dietas restrictivas fomentan la idea de que este macronutriente es el mayor enemigo de la balanza. Sin embargo, eliminarlo puede acarrear riesgos significativos para la salud, tanto física como mental.
La nutrióloga Nicoletta Bocchino, en un análisis para GQ, enfatiza que los carbohidratos son esenciales para el organismo, proporcionando energía al sistema nervioso y los músculos, además de participar en procesos vitales. Su supresión puede desencadenar problemas como el estreñimiento, dado que muchos alimentos ricos en carbohidratos son fuentes importantes de fibra.
Además, Bocchino advierte que las dietas bajas en carbohidratos están vinculadas a un mayor riesgo cardiovascular. Si bien estas dietas pueden inducir una pérdida de peso inicial debido a la reducción de agua y glucógeno, mantener una ingesta muy baja de carbohidratos puede comprometer la salud del corazón.
La ausencia de carbohidratos también impacta la salud mental. Estos nutrientes son cruciales para la producción de neurotransmisores como la serotonina, que regula el estado de ánimo. Su déficit puede llevar a síntomas de fatiga, ansiedad e incluso depresión.
Expertos de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard subrayan la importancia tanto de la calidad como de la cantidad de carbohidratos. Un estudio reciente indica que dietas ricas en proteínas y grasas de origen vegetal, junto con carbohidratos integrales, están asociadas con una ganancia de peso más lenta que aquellas centradas en proteínas y grasas animales, y carbohidratos refinados.
En resumen, tanto la eliminación excesiva como el consumo alto de carbohidratos pueden ser perjudiciales. La evidencia sugiere que una dieta equilibrada, que incluya carbohidratos de alta calidad, es esencial para mantener peso y salud a largo plazo.






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