El Banco Central supera los u$s40.000 millones en reservas, pero dólar sigue en alza y mercado cuestiona nuevo esquema monetario

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Banco Central (BCRA) incrementó sus reservas por encima de 40.000 millones de dólares, impulsado por un desembolso del CAF y mejoras en el precio del oro y yuan.
  • A pesar de la suba en reservas, el dólar oficial y el dólar blue alcanzaron máximos históricos nominales, reflejando creciente presión cambiaria.
  • El nuevo esquema monetario, que reemplazó el anclaje en tasas por control directo de la base monetaria, mostró fragilidades: los bancos prefirieron mantener liquidez, generando expansión monetaria y aumento en demanda de dólares.
  • Para contener la situación, el BCRA volvió a usar instrumentos tradicionales, como tasas piso en pases y mayor intervención en futuros del dólar, logrando una estabilización temporal.
  • Expertos critican la falta de mecanismos estructurales para absorber liquidez, advirtiendo que el nuevo esquema corre riesgo de perder efectividad.
  • El plan del Tesoro para absorber liquidez vía deuda pública no tuvo el respaldo esperado del sistema financiero, aumentando la expansión monetaria y presionando las tasas a la baja.
  • La falta de participación del sistema financiero llevó a improvisaciones y a que la presión monetaria recaiga nuevamente en el BCRA.
  • El desafío clave es lograr que el sistema financiero apoye el control directo de la base monetaria en un contexto de incertidumbre y riesgos regulatorios, para evitar desestabilizaciones económicas.

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) cerró la semana con un nuevo aumento en sus reservas internacionales, que superaron la barrera de los 40.000 millones de dólares. Este impulso se dio gracias a un desembolso del CAF por u$s314 millones y a una mejora en la cotización del oro y el yuan, que subieron 0,3% y 0,1% respectivamente frente al dólar. En total, durante la semana, las reservas crecieron u$s1.335 millones, incluyendo una compra de u$s500 millones realizada por el Tesoro el miércoles.

Sin embargo, mientras las reservas muestran fortaleza, el dólar oficial y el dólar blue marcaron máximos históricos nominales. El dólar minorista cerró en $1.300, con un aumento de diez pesos, y el mercado informal (blue) alcanzó $1.305. En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) subió 1,2% hasta $1.301 y el dólar MEP creció 0,9% a $1.293. La presión sobre el tipo de cambio continúa en aumento, mientras el Gobierno enfrenta un escenario de creciente tensión cambiaria.

El nuevo esquema monetario implementado por el Gobierno —que abandonó el anclaje vía tasas de interés para pasar al control directo de la base monetaria— expuso sus fragilidades en esta semana agitada. La estrategia buscaba redirigir la liquidez del sistema financiero hacia la compra de deuda pública, pero el mercado reaccionó de forma opuesta: los bancos optaron por preservar liquidez y evitar compromisos con un modelo incierto, provocando una emisión monetaria equivalente al 30% de la base monetaria, que presionó al alza las tasas de interés y la demanda de dólares.

Para contener esta dinámica, el BCRA reactivó herramientas tradicionales, incluyendo pases con un piso de tasas al 36% y una mayor intervención en contratos de futuros del dólar, logrando una estabilización temporal del tipo de cambio oficial. No obstante, expertos advierten que esta calma es precaria y depende de instrumentos costosos que podrían agotarse a corto plazo.

Especialistas en finanzas critican la ausencia de mecanismos estructurales para absorber la liquidez y remarcan que, pese a tasas reales elevadas y el regreso de pasivos remunerados, el nuevo esquema corre riesgo de quedarse sin margen para mantener la estabilidad monetaria.

El plan original del Tesoro, que pretendía absorber la liquidez eliminando las Letras de Fijación (LeFi) y canalizando fondos excedentes hacia la deuda pública, no tuvo el respaldo esperado. La banca se mostró reticente a participar ante la incertidumbre regulatoria y operativa, generando una expansión monetaria no deseada y la caída de tasas que incentivan la demanda cambiaria.

Pablo Moldovan, economista de la consultora C-P, señaló que esta falta de acompañamiento llevó al Gobierno a improvisar soluciones, mientras el Tesoro perdió capacidad de regulación monetaria y la presión volvió a recaer sobre el Banco Central.

En definitiva, la transición hacia un control directo de la base monetaria enfrenta un desafío clave: convencer al sistema financiero para que participe activamente, en un contexto donde la falta de previsibilidad y los riesgos regulatorios limitan su efectividad y ponen en jaque la estabilidad económica del país.

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