Inflación en baja: las pymes frente al desafío de una nueva lógica financiera

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • La baja inflación (1,6% en junio, 15,1% acumulado en 2025) cambia las reglas para las pymes.
  • El crédito deja de ser un refugio ante la inflación y vuelve a ser una herramienta de crecimiento.
  • Se requiere mayor planificación financiera y profesionalización en la toma de decisiones.
  • El ecosistema financiero ofrece más opciones, pero el desafío está en usarlas estratégicamente.
  • La nueva etapa exige salir de la urgencia y apostar por eficiencia y desarrollo sostenido.

Con una inflación que en junio se ubicó en apenas 1,6% y acumula un 15,1% en lo que va del año, el dato puede parecer modesto frente a los picos históricos de los últimos tiempos. Sin embargo, para el mundo empresario —y especialmente para las pequeñas y medianas empresas— representa un giro de fondo: la desaceleración sostenida de los precios está cambiando el tablero de decisiones financieras.

Durante años, la inflación alta e impredecible convirtió al crédito en una herramienta defensiva. Endeudarse no solo servía para financiar operaciones o inversiones, sino también como una forma de cubrirse de la pérdida de valor del dinero. En un entorno donde las tasas reales eran negativas, el crédito ofrecía resguardo. Hoy, esa lógica ha quedado obsoleta.

Con tasas reales positivas y una inflación más contenida, el crédito vuelve a su sentido original: ser una palanca de crecimiento, no un salvavidas. Y ese cambio obliga a las pymes a profesionalizar su gestión financiera, repensar sus estrategias y planificar con mayor precisión.

La gestión de recursos cobra otra dimensión: ya no basta con operar bien. Hoy se vuelve central decidir cómo usar los fondos disponibles, cómo invertirlos mientras no se aplican a producción y qué instrumentos financieros elegir según riesgos, plazos y objetivos. El dato inflacionario ya no es solo un número: es la base de una mayor previsibilidad.

Acompañando este cambio, el ecosistema financiero ha evolucionado. Hoy ofrece más productos, mayor acceso a información y soluciones más adaptables. Pero el verdadero desafío ya no es solo ofrecer crédito, sino formar parte activa de una toma de decisiones más estratégica por parte de las empresas: cuándo endeudarse, cuánto y para qué.

En definitiva, la baja inflación cambia mucho más que las tasas: redefine el enfoque. Las pymes tienen hoy la oportunidad —y el reto— de salir de la lógica de urgencia para ingresar en una etapa más planificada, donde la eficiencia financiera sea motor de crecimiento. Adaptarse a esta nueva lógica no es una opción: es el camino para construir empresas más sólidas en un país que, lentamente, empieza a dejar atrás su cultura inflacionaria.

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