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Macri festejó las medidas, pero los economistas del PRO advierten: “Vienen meses muy duros”

POLÍTICA Ezequiel Spillman*
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Estaba en medio de un acto con unos trescientos jóvenes dirigentes del PRO de Mendoza cuando Mauricio Macri se enteró de la noticia: el gobierno nacional había decidido salir del cepo y consolidar el acuerdo con el FMI.

La primera reacción, intuitiva, del expresidente fue festejar. Sin embargo, los primeros contactos con los economistas del partido amarillo pusieron paños fríos sobre ese festejo: comenzaron a advertir que era “la menos mala” de las medidas y que vendrán “tres meses muy duros” para la economía.

En conferencia de prensa desde la provincia cuyana, Macri expresó que se trata de una medida “maravillosa” para el país.

“El cambio recién comienza. La salida del cepo es el paso uno, ninguno de los países de América Latina lo tiene. Pero es la base y hay que seguir adelante para desarrollarnos, mejorar los métodos y la institucionalidad”, dijo. Y agregó: “El cepo es un freno para el crecimiento y habrá una disrupción inicial, pero es un paso adelante”.

En privado Macri venía elogiando a Luis “Toto” Caputo. Venía argumentando, ante sus confidentes, que era un “leading case” que “se estudiará en las universidades del mundo” en referencia a cómo logró desarmar “la bomba que dejó Massa en el Banco Central”. Y agregaba que fue “parte de mi equipo” como muchos de los funcionarios de Economía como Pablo Quirno, o el titular del Banco Central, Santiago Bausili.

Desde Mendoza fue explícito al respecto: “Confío en él y en Bausili, son dos personas muy valiosas. Así que habrá que seguir acompañando y comprometernos los argentinos para que nunca más haya cepo”.

Paralelamente, los tres economistas más escuchados por Macri y por todo el PRO intentaron bajar los decibeles en estas horas.

En especial, Hernán Lacunza, el exministro de Economía, el diputado Luciano Laspina y Guido Sandleris, extitular del Banco Central, no piensan que sea un escenario ideal. “Vienen tres meses muy duros”, le dijo uno de ellos a varias de las figuras del partido. En particular, los tres lo vienen planteando en reuniones privadas con dirigentes del PRO. Lo habían explicitado hace dos miércoles en un encuentro con María Eugenia Vidal, jefa de la campaña porteña, y los principales candidatos a legisladores por la Ciudad. Allí se trazó un diagnóstico de incertidumbre y se dejó en claro que, para ellos, la cuestión fiscal estaba ordenada (las cuentas del Estado nacional) pero que el tema cambiario seguía siendo un problema irresoluto.

Lacunza fue muy enfático en este eje. Ahora con el acuerdo con el FMI ya listo y la salida del cepo, abrieron otros interrogantes hacia el futuro. En concreto: creen que el programa económico tuvo un alivio con estos anuncios pero que, a la vez, en el corto plazo podría haber más inflación (Laspina deslizó ante varios colegas que podría trepar del 3,7% al 5% en el “mejor de los escenarios”) y recesión. Aunque admiten que, para octubre, podría estabilizarse la macroeconomía.

“Era la mejor de las malas opciones que tenía. Veremos ahora a cuánto flota el dólar y cuánto se devalúa el peso”, dejó como reflexión otro de los economistas amarillos.

La duda, asociada a este escenario, es qué ocurriría si, dentro de la banda cambiaria de $ 1.000 a $ 1.400, el dólar se fuera al límite superior.

“El mercado ya descontó la devaluación. Devaluación a la turca: con shock”, disparó Laspina la semana pasada en TN. Y contó que fueron dos devaluaciones en Turquía en el orden de 15% y 19% después.

Con todo, las discusiones entre economistas libertarios y amarillos están al límite. Felipe Núñez, analista financiero de “Toto” (como se presenta en Twitter) trató de “boludo” a Laspina. El diputado nacional le respondió llamándolo “payaso oficialista”.

 

 

* Para www.perfil.com

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