Desde hace algunos meses que el escenario para el transporte en Córdoba viene mutando, primero por necesidad -por la baja de subsidios- y después por los desafíos que impone la modernidad. Allí sucedió una triangulación entre las ciudades más populosas de la provincia, casualmente gobernadas por intendentes peronistas que parecen haberse puesto de acuerdo en una dinámica que dará inicio a la era Uber. El tiempo de las apps y la preferencia de los usuarios para con ellas motivó que Córdoba, San Francisco y Villa María empezaran a escribir las primeras regulaciones que se adaptan a estos tiempos, pero Río Cuarto no se quedó atrás y en estos días engrosará el listado de municipios a favor de los nuevos sistemas, aunque prometiendo un enfoque que dé garantías para la generación de taxis y remises.
El pasado jueves, mientras Guillermo De Rivas seguía de cerca la sesión del Concejo Deliberante donde se aprobó la primera lectura del Presupuesto 2025, en las puertas de la Municipalidad se desarrollaba una manifestación de taxistas y remiseros que se expresaban en contra de la legalización del transporte por apps en la capital alterna. Algo habían oído, el runrún de la postura pro-Uber del Intendente, quien empezó a hablar de “adaptarse a la modernidad”.
Aunque la protesta fue ruidosa y atrajo la atención de las cámaras, en el interior del Mójica tomaban el hecho como una buena noticia. ¿Por qué? “Tenemos más de mil choferes de taxis y remises en la ciudad, pero se manifestaron treinta”, celebraban sobre lo que fue considerado puertas adentro como el punto de partida para el anuncio que se realizará esta semana. Es que podría decirse que hay una minoría disconforme con la transición hacia un sistema legal para Uber y, en cuestión de números, esto le da los avales necesarios al Gobierno para avanzar con una regulación que esperan aprobar antes de terminar el año.
“No es una ordenanza para regular UBER. Eso es de la oposición”, aclaran desde el Ejecutivo riocuartense, donde hablan de “un proyecto de refuncionalización integral del sistema que incluye a todos los actores”.
No se sabe en qué día y algunos dicen que la presentación del nuevo esquema de transporte podría dejarse para después de que se apruebe el presupuesto -para no mezclar y poner toda la atención en el cálculo municipal. De lo que sí se tiene certeza -confirma Alfil- es del formato favorable tanto a las nuevas apps de transporte como a los taxis y remises. Es decir, si bien se busca que Uber forme parte del esquema, también se pretende generar facilidades y ventajas impositivas para garantizar el mantenimiento del viejo esquema, a modo tal que los trabajadores del transporte clásico no pierdan competitividad frente a las apps.
“Queremos un transporte aggiornado a las necesidades del usuario, pero sin perder puestos de trabajo”, le expresaron a este medio desde el Mójica, con un argumento similar al implementado durante el último tramo de la gestión de Juan Manuel Llamosas, aunque en el sentido contrario: el ex intendente habló de cuidar a los taxistas y remiseros prohibiendo -casi “cazando”- a los choferes de Uber y otras apps. “No iba a durar eso”, reflexionan ahora desde los sectores que supieron defender esa normativa.
Cambio rotundo
En menos de un año, el Gobierno de Río Cuarto pasó de perseguir a los choferes de Uber con grandes multas a trabajar en una regulación que ordene. En el medio, hubo un cambio de intendente: Llamosas lideró una ordenanza prohibitiva que De Rivas busca abatir con un contexto favorable a la aparición de opciones más económicas. Claro que, cuando la gestión pasada fue contra Uber -en septiembre pasado- no estaba en marcha el operativo que varios intendentes PJ vienen ejecutando desde hace meses con el aval del gobernador Martín Llaryora.
“Hay un cambio de era que es rotundo”, aseguraba un dirigente del Partido Cordobés, atento a lo que ocurrirá en estos días. Al primer paso ya lo vienen dando en otros municipios, Villa María con Accastello y el desembarco de Uber desde agosto pasado; incluso en Capital, donde el Concejo Deliberante trabaja en alternativas que den lugar al funcionamiento normalizado de las apps en el sistema de movilidad urbana.
Río Cuarto es el que sigue en este esquema, con De Rivas marcando un punto de inflexión para el transporte público, algo que viene haciendo también con los colectivos urbanos. El riesgo de esto yace en la clara diferenciación con lo hecho antes que asumiera la intendencia: a las claras, el jefe municipal riocuartense tiene criterio propio, contrastando con Llamosas -el intendente, no el Asesor provincial- y más cercano a los lineamientos que imparte la agenda llaryorista.
CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE GABRIEL MARCLE.