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Argentina y el FMI podrían atravesar el 2025 sin nuevo programa: el Fondo está dispuesto a esperar hasta 2026

ECONOMÍA Julián Guarino*
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Concluido el programa entre la Argentina y el FMI a fin de año, el Gobierno podría concebir la estrategia de mantenerse sin un programa con el organismo durante todo 2025, para retomar el repago del préstamo -bajo las nuevas condiciones- en 2026. Según pudo confirmar Ámbito, el FMI ve con buenos ojos esta estrategia y está dispuesto a acompañar, con condiciones, esta decisión.

En rigor, esta es la conclusión que podría derivarse de numerosas fuentes consultadas en los últimos días, entre las partes interesadas. Las fuentes señalan que la Argentina no solicitó aún sentarse a negociar un nuevo acuerdo con el FMI y que, se presume en el organismo, podría no hacerlo durante buena parte del año próximo.

El FMI y las elecciones 2025: nos vemos en 2026

Hay, al menos, tres elementos, que gravitan con fuerza en el sistema de decisiones para que el organismo esté dispuesto a avalar esta decisión: el primero, el presidente Javier Milei no estaría en condiciones de realizar los cambios necesarios que pide el organismo a cambio de “new money”, en el marco del nuevo programa con el FMI, que la Argentina debería suscribir para refinanciar su deuda con la institución que conduce Kristalina Georgieva.

Según pudo reconstruir Ámbito, el Gobierno le hizo saber al organismo que la prioridad en los próximos meses será mantener la inflación en niveles considerados “bajos” para la serie que arrancó con el 25% de inflación mensual en diciembre de 2023, que marcó en agosto un 4,2% y que permanece en la zona entre el 4 y el 5%. La novedad es que el FMI ve con buenos ojos esta estrategia y está dispuesto a acompañar si, como parece, la Casa Rosada sostiene su compromiso -empíricamente comprobable- de respetar el déficit cero y aspirar a realizar cambios más significativos y de “mejor calidad” en la estructura del gasto público.

Mantener el apoyo popular: la llave para las reformas necesarias

En el FMI son conscientes que el Gobierno necesita apoyo popular para llegar en buena forma a las elecciones de medio término. Es el segundo elemento. Hacerlo implica para el organismo la chance de que Javier Milei pueda realizar algo fundamental: las reformas fiscales necesarias para que el déficit cero sea “sostenible” en el tiempo vía su aprobación en el Congreso. Es la mayor preocupación, hoy, del FMI: por esa razón, en Washington prefieren y están dispuestos a abonar una larga conversación informal -sin acuerdo a la vista- con la Argentina, hasta llegar a la nueva orilla del nuevo programa.

De esta forma, piensan, el presidente Milei podría eventualmente atravesar el 2025 sin un nuevo Extended Fund Facility (EFF), algo que, de hacerlo, lo pondría al Gobierno la obligación de rendir cuentas cada tres meses, nada sencillo en un año electoral. El presidente Milei aspiraría así a cerrar el año próximo con una nueva conformación más ventajosa en el Congreso y una elección cuyo resultado podría, para el FMI, darle una “sobrevida” en materia de reformas fiscales.

New money, y nuevas condiciones "más ventajosas" para la Argentina

Al margen de las cuestiones geopolíticas -la pelea con China, la ubicación estratégica de la Argentina en esa disputa y la provisión de minerales críticos- que hoy pesan fuerte en la agenda del gobierno estadounidense para acompañar cualquier propuesta que haga el staff del FMI sobre un eventual acuerdo con la Argentina, hay un tercer elemento que debe tenerse en cuenta: según pudo saber Ámbito, podría haber dinero fresco, siempre y cuando el Gobierno se comprometa a ejecutar los recortes y suscriba el nuevo programa.

Este programa debería ser un Extended Fund Facility (EFF) -piensan en Washington- por la extensión temporal que necesita la Argentina para ir repagando su deuda. Sin embargo, ante un eventual interregno -el programa actual llega a su vencimiento y no se suscribe un nuevo programa-, la Argentina podría tomar deuda ante un consorcio de bancos o utilizando el oro del BCRA enviado a Londres, sin consultar al FMI. Es decir, al no tener un programa vigente, el ministro Luis Caputo podría tomar deuda para afrontar sus compromisos del 2025 y aspirar a llegar a fin de año con una negociación en marcha que le permita entrar en 2026 con inyección de más dinero por parte del FMI.

Un programa que pague, al menos, una parte de la deuda

Pero hay algo más, una pequeña perla, sumamente importante, que debe tenerse en cuenta: en el organismo, imaginan que el nuevo programa de la Argentina con el FMI no necesariamente debería agotar, en su estructura, el repago del total del préstamo que aún debe Argentina. Esto es relevante. En el FMI entienden que la nueva estructura del programa EFF con la Argentina debería tener al menos dos condiciones básicas, una de ellas, que la Argentina pueda repagar, al menos, una parte menor de la deuda consolidada, durante el próximo programa, y la segunda, que el país recupere el acceso al mercado financiero internacional para poder refinanciar su deuda. Con estas dos condiciones, pago parcial y acceso al mercado, señalan en Washington, la Argentina podría suscribir un nuevo programa y obtener entre u$s12.000 y u$s15.000 millones adicionales, lo que debería habilitar la posibilidad de levantar el cepo cambiario en algún momento.

Cepo: yo te presto, vos unificás, y seguís con el déficit cero y las reformas

El cepo cambiario es otro punto central en el marco de la relación con el FMI. En el organismo piensan que existe una especie de “trampa” en la cual se encuentra el ministro Luis Caputo y que podría resumirse en esta ecuación de doble-entrada: si el Gobierno deja abastecer de dólares el mercado del dólar financiero vía el dólar CCL, es probable que la brecha con el dólar oficial se dispare y esto vuelva a generar un rebote inflacionario que ponga en tensión el respaldo público a Javier Milei, lo que eventualmente golpearía las posibilidades de tener un buen resultado electoral y hacer las reformas fiscales que pide el organismo para darle “sostenibilidad” al déficit cero.

Pero si sigue vendiendo dólares -producto de la liquidación de la exportación-, la acumulación de reservas en el Banco Central se vuelve una quimera. El dato a tener en cuenta es que en el organismo contemplan la posibilidad de que la Argentina llegue sin levantar el cepo al próximo programa con el FMI y que sea vía el nuevo desembolso la oportunidad para desandar esa restricción cambiaria. Con reservas, entienden en el organismo, sería mucho más sencillo levantar el cepo cambiario. La novedad es que el FMI estaría dispuesto a contemplar esa secuencia, primero el desembolso, luego la unificación cambiaria, si el Gobierno le ofrece una hoja de ruta, un plan, que contemple un compromiso de equilibrio fiscal de mejor calidad -no un mero recorte en el presupuesto de seguridad social- y un plan monetario y cambiario “consistente”, sumado a la revisión trimestral de las metas. Pero eso ocurriría, recién, a fines de 2025.

 

 

* Para www.ambito.com

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