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Traspuestas las turbulencias en el bloque de Diputados, el titular de La Libertad Avanza en Córdoba trabaja para construir tropa propia, mientras refuerza la idea de que la lista del 2025 debe estar integrada por candidatos ‘puros’, y marca diferencias entre quienes pertenecen al partido y quienes no. El problema, desde luego, es qué radica esta ‘pureza’.

Si el criterio es encontrarse afiliado al partido LLA, si lo que se demanda es un alineamiento total a la ideología pregonada por el presidente, o si ambos requisitos son indispensables. 

En el primer caso, la pertenencia a otro partido político eliminaría la posibilidad de ser candidato. Sin embargo, el propio Bornoroni admite que la decisión de reeditar una alianza con el Partido Demócrata y el MID, o agregar nuevos partidos al frente electoral, será tomada por la conducción nacional del espacio, quedando supeditada a ello la posibilidad de que en la lista de 2025 haya candidatos que integren otros partidos.

En el segundo caso, a saber, que el requisito para formar parte de la boleta sea tener un alineamiento absoluto a las ideas del presidente, el obstáculo es de orden práctico: ¿cómo saberlo?

Para un espacio que presume de su falta de legajo, y que aspira a que sus dirigentes también carezcan de todo tipo de antecedentes en política, es imposible conocer sobre la consistencia de sus convicciones. Simplemente no hay manera de contrastarlas. 

Ahora bien, la decisión del oficialismo de constituir un partido político propio para no caer en la necesidad de trocar bancas por sellos le permite moverse con cierta libertad. Pero aun con partido político propio, el oficialismo necesita de dos cosas: territorialidad y dirigentes con algún grado de reconocimiento, si no masivo, al menos de algún sector.

El pasado viernes, Bornoroni adelantó en Alfil TV que le gustaría que Gonzalo Roca, su mano derecha, llegara a la Cámara de Diputados, a la vez que destacó el trabajo que Roca viene haciendo para consolidar el espacio y dotarlo de estructura propia en capital e interior. Sin embargo, se trata de un candidato con un estrechísimo margen de conocimiento, y que difícilmente pueda aportar territorialidad.

En rigor, solo hay dos candidatos del firmamento libertario con elevados niveles de conocimiento público: la Canciller Diana Mondino, y Agustín Laje. El segundo no ha manifestado, hasta ahora, intenciones de tomar un rol activo en el desarrollo de LLA, y permanece como un pensador libertario, uno de los principales generales de la ‘Batalla Cultural’. Y Mondino está a cargo del Ministerio de Relaciones Internacionales. Quienes especulan con que termine liderando la boleta cordobesa, lo fundan en supuestas tensiones entre la Canciller y Karina Milei. 

Fuera de Laje y Mondino, hay dos dirigentes del espectro liberal-libertario que detentan algún grado de conocimiento público y, además, podrían aportar territorialidad: Agustín Spaccesi y Verónica Sikora. Ambos llevan a cuestas una campaña: Spaccesi, la Gobernación; y Sikora, a la Intendencia, aunque por diferentes espacios. 

Spaccesi, que asegura tiene intenciones de permanecer en la Legislatura, ya avisó que el Partido Libertario reclamará una PASO dentro de La Libertad Avanza o, más precisamente, de la alianza electoral que en su momento constituya. De lo contrario, el fundador del PL podría ir por afuera y generar algún costo a la boleta del oficialismo nacional.

Hoy, Spaccesi está afuera del esquema de LLA, y su regreso se adivina, cuánto menos, dificultoso. La situación de Sikora, en tanto, es diferente.

La fundadora de la agrupación ‘La Libertad Primero’ ha reestablecido sus vínculos con la Casa Rosada después del alejamiento que trajo aparejada su candidatura a la Intendencia, es parte del organigrama del Gobierno Nacional (es funcionaria en la Superintendencia de Riesgos de Trabajo) y recorre el territorio, a la vez qué prioriza el armado de una Juventud Libertaria.

Sikora quiere integrar la lista de Diputados, pero al margen de haber recompuesto su relación con la Casa Rosada, también necesita ser bien recibida por la estructura local de La Libertad Avanza, que controla Bornoroni y se reporta ante Martín Menem y Karina Milei. 

Sin embargo, entre Sikora y Bornoroni existe una comunidad de intereses: a ninguno de ellos le conviene una alianza que lleve al oficialismo a repartir candidaturas con el PRO. Sin alianza con el partido amarillo, ningún cálculo le da al oficialismo nacional menos de tres bancas en Córdoba. E incluso si Mondino se apartara de Cancillería para liderar la boleta cordobesa, por la distribución de bancas conforme a la equidad de género, Sikora podría quedarse con el tercer lugar en la lista, y Roca ocupar el segundo.

En cambio, si LLA no se hace de una estructura territorial firme y necesita del PRO para engrosar su esquema de fiscalización, entonces el partido amarillo entrará en la aritmética de la boleta libertaria, y todas las posiciones estarán en disputa.

CON INFORMACION DE DIAIRO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE FELIPE OSMAN

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